Debido al abrupto término de la sesión del Senado, no pudo ser votada en su Pleno la reforma llamada “tres de tres contra la violencia”, con la que se impedirá que quienes cometan diversos tipos de violencia y adeuden pensión alimentaria ocupen puestos en el servicio público y que sean candidatos a cargos de elección popular.
En medio de las protestas que desató en el Senado de la República el incumplimiento de Morena del acuerdo para nombrar a un comisionado del INAI, el legislador Eduardo Ramírez apenas pudo enunciar la 3 de 3 antes de que se declarara un receso en la sesión de este jueves.
Al recinto senatorial acudieron grupos feministas para respaldar la iniciativa de reforma, la que cuenta con amplio apoyo y que en el Senado ya había sido aprobada en las Comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos.
Cuando senadores panistas tomaron la tribuna y aunque lo que seguía era la discusión y votación de la reforma contra la violencia contra las mujeres, promovida por Alejandro Armenta, presidente de la Mesa Directiva del Senado, las feministas apoyaron las dos causas.
Según contó Leticia Robles de la Rosa, reportera de Excélsior, Marcela Mora, senadora del Partido Encuentro Social, para contrarrestar la toma de tribuna, buscó que las feministas exigieran a los panistas que ya se votara la tres de tres.
Pero falló: en lugar de ello, las activistas, desde los palcos del recinto, asumieron las dos causas y clamaron una y otra vez: “¡Queremos transparencia, queremos tres de tres!” y “¡transparencia y tres de tres contra violencia!”.
Posteriormente el sector oficialista intentó acallar a las feministas, a lo cual estas, por supuesto no accedieron; ante ello, pretendieron desalojarlas de los palcos. A los miembros de la seguridad del Senado les respondieron que le dijeran a Armenta que él fuera a sacarlas, y emprendieron una nueva consigna: “¡Ya llegamos, y no nos vamos!”. Y se manifestaron dispuestas a quedarse en el recinto ante la amenaza de que el viernes no las dejarán entrar.
Además, en el plantón en la tribuna, la senadora Xóchitl Gálvez anunció que presentarían una queja de violencia contra César Cravioto después de que este lanzara golpes contra una compañera al pretender arrancarle una manta, y dijo que con él empezarían a aplicar la tres de tres.
La reforma que quedó pendiente implica cambios a los artículos 38 y 102 de la Constitución para que los derechos de las personas para ocupar algún cargo del servicio público o ser candidato sean suspendidos en caso de que hayan incurrido en diversos tipos de violencia, especialmente la ejercida contra la mujer.
En la minuta que apenas fue presentada muy breve y apresuradamente entre las protestas de la oposición por la falta del nombramiento de un comisionado del INAI, se pretende establecer que los derechos de los ciudadanos para ocupar cargos públicos sean suspendidos por tener una sentencia firme por delitos contra la vida y la integridad corporal, contra la libertad y seguridad sexuales y contra el normal desarrollo psicosexual.
También por haber cometido otros tipos de violencia: familiar, doméstica, política en razón de género, violación a la intimidad sexual y por ser persona deudora alimentaria morosa.
Asimismo, quien haya cometido esos delitos tampoco podrá obtener una candidatura cualquier cargo de elección popular.
Pero por el momento la tres de tres contra la violencia se encuentra estancada por el incumplimiento de Morena a su compromiso de nombrar al comisionado del INAI.