De acuerdo con un análisis realizado por la Secretaría de Gobernación, el gobierno federal está plenamente enterado de que los cárteles de la droga reclutan a menores de edad para realizar actos delictivos. Sin embargo, el discurso oficial de la presidenta es que están alejando a los jóvenes de la delincuencia por medio de los programas sociales.
Ni el anterior gobierno de Andrés Manuel López Obrador ni el actual han presentado una sola acción de combate al reclutamiento de menores, que se realiza de manera forzada pero también mediante ofertas económicas atractivas para los jóvenes.
Ello, a pesar de que la propia Segob tiene datos suficientes para determinar que se trata de un fenómeno grave y extendido, principalmente en los 18 estados con mayor nivel de violencia del país: Baja California, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas.
Esta semana diversos medios citan el documento, que afirma que es necesario que el reclutamiento y utilización de menores por grupos delictivos se tipifique como delito para poderlo sancionar, pues ni siquiera se encuentra mencionada esta actividad en la ley.
El análisis se llama “Mecanismo estratégico del reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes por grupos delictivos y la delincuencia organizada en zonas de alta incidencia delictiva”.
Indica que el derecho mexicano no reconoce como delito el reclutamiento de menores para el crimen, quienes son utilizados al menos en 15 tareas ilegales, de acuerdo a su edad, desde mensajeros o vigilantes hasta sicarios, pasando por enganchadores para trata sexual de menores y “mulas” de droga.
Los grupos delictivos involucrados son, destacadamente: Cárteles de Sinaloa, Jalisco, Arellano Félix, Juárez, Los Viagras, Los Rojos, Los Zetas y del Golfo, Beltrán Leyva, Caballeros Templarios y Familia Michoacana.
Refiere la variedad de métodos empleados para el reclutamiento: “Son invitados por redes sociales, a través de videojuegos, con amenazas directas o indirectas, ya sea a su familia o a la comunidad, con la falsa promesa de obtención de ingresos o de una oportunidad de trabajo, retención de documentos. En el caso de las personas migrantes, privación de la libertad o seducción de los menores, para luego forzarlos a realizar actividades delictivas”.
En algunos casos, los cárteles seleccionan a su víctima previa vigilancia, para luego emplear amenazas verbales o con armas.
Admite que es desconocido el impacto social que este fenómeno ha tenido en la niñez y adolescencia, pero a nivel individual esto lleva a personas con rasgos sociópatas.
“La escalada de violencia en forma piramidal se da con aquel niña, niño o adolescente reclutado que presenta un mayor nivel de reincidencia violenta, suelen presentar trastornos agudos tanto en funciones sociales como educativas, en las que no suelen sentir remordimiento y presentan violencia extrema, llegando a disfrutar con el sufrimiento ajeno”.
Cabe señalar que este fenómeno ocurre desde hace varias décadas, por lo que ya son varias generaciones las que han sido afectadas. Es probable que los actuales adultos reclutadores hayan sido a su vez niños y niñas reclutados.
ofv