Greenpeace llama a detener el Tren Maya y exige manifestación de impacto ambiental

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La organización internacional Greenpeace inició acciones para detener la construcción del Tramo 5 del Tren Maya debido a la devastación irreversible que causará en el ecosistema. Así, por la mañana de este lunes, sus miembros, acompañados de otras organizaciones, pararon la obra de forma simbólica.

Este lunes, muy temprano, integrantes de Greenpeace y de otras organizaciones acudieron a las obras del Tren Maya para atarse a la maquinaria con la que se arrasa la selva para abrir paso al Tren Maya. Otras organizaciones participaron en la acción: Siempre Unidas, Jaguar Wildlife Center, Centinelas del Agua, Red de Formadores Socioambientales y MOCE Yax Cuxtal.

Desde el lugar Aleira Lara, directora de Campañas de Greenpeace México, solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador suspender la construcción del Tramo 5 del Tren Maya, que va de Cancún a Tulum en una ruta de 121 kilómetros.

Una de las principales preocupaciones que tiene Greenpeace, dijo Lara, es que no hay Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), con lo cual, “además de incurrir en un acto ilegal, está dando paso a daños irreversibles en el ecosistema”.

Lara abundó sobre los daños: “Esta ruta, tal como está planteada, fragmentará, deforestará, defaunará, contaminará y pondrá en riesgo aún más a la selva, a los ríos y a las comunidades. Los proyectos de infraestructura, desarrollo económico y turísticos no deben derivar de la destrucción de la naturaleza ni de la violación a los derechos humanos”.

Los cuatro puntos principales por los que Greenpeace se opone a la construcción del tramo referido es que el proyecto carece de la MIA, que es una obligación legal a nivel tanto nacional como internacional. Al respecto, afirma que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo afirma que no se construirán nuevas vías, pero que en realidad se está desforestando totalmente la selva.

El segundo es que el proyecto afecta a las comunidades indígenas, con las que no hubo un adecuado proceso de consulta, con lo que se viola su derecho a la libre determinación. El tercero es que el Tren afectará el sistema de ríos subterráneos y cenotes más largo del mundo, lo que implica colapsos del terreno y la contaminación del agua.

Finalmente, la obra deforestará un lugar clave para la conservación de la biodiversidad, lo que aumentará la fragmentación y pérdida de conectividad ecológica entre áreas de conservación. Asimismo, se afectará a especies protegidas como el jaguar, el ocelote, el mono araña, el loro yucateco y el pez ciego.

Greenpeace también está convocando a firmar una petición para exigir al gobierno mexicano la MIA del Tramo 5 del Tren Maya, y que se detenga la obra mientras es presentada.

“Si este proyecto sigue sin considerar los impactos en el medio ambiente, perderemos la riqueza natural que ha puesto a México como uno de los países más hermosos. Los cenotes que albergan vida, se destruirán. Las especies como el jaguar, símbolo de la herencia cultural maya, se quedarán sin su único hogar.

“Cada día que pasa, la destrucción de la selva maya avanza. Es imperdonable ser testigos de esto, desde cualquier parte de México, y no hacer nada”, afirma Greenpeace en su petición.

Por su parte, el gobierno mexicano anuncio que 75 ingenieros pertenecientes a la Secretaría de la Defensa Nacional que trabajaron en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles,  han sido enviados a las obras del Tren Maya.

Según informó la Sedena, el Agrupamiento de Ingenieros Felipe Ángeles realizará trabajos preliminares para la edificación de la obra, para lo cual serán distribuidos en diversos puntos del Tren Maya.

Los ingenieros militares van acompañados por 12 unidades de maquinaria pesada, seis camiones de boletos y nueve oficinas míoviles.

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