Los pies del maestro y bailarín Oumar N’Diaye Martinos pocas veces tocan completamente el suelo, dice que nació con los tambores de su natal Guinea-Conakri y que su misión en la vida es transmitir la milenaria danza africana en el mundo.
Tras cerrar una gira por Europa, pasó sólo un día por Quebec, donde ahora reside, recogió una pequeña maleta y aterrizó en Coatepec, para dar un curso intensivo de danza en el Festival Internacional Raíces.
Le pido una entrevista y se niega con su mejor carta de presentación: una sonrisa. Se niega en idioma inglés y reitera en francés: “yo no doy entrevistas, si me vas a preguntar mi edad, tampoco tengo años, si quieres mejor platicamos…”
Desde inicios de este año, los organizadores del Festival Internacional Raíces, se dieron a la tarea de contactarlo; llamadas, correos, bloqueo de agendas en uno y otro punto de los países que visitaría, hasta lograr que los compromisos de N’Diaye le permitieran asistir a este evento.
Aún desayunando, los ojos y pies de Oumar no descansan, se mueven de un lado a otro mientras piensa la coreografía de su última clase y me dice: “hoy termina el curso, será un ritmo poderoso, de guerra…”
El Festival Raíces se realiza desde hace seis años en el rancho La Olla, ubicado en el bosque mesófilo coatepecano, donde participan artistas y profesores de diversos países para impartir cursos y celebrar la herencia afromestiza del estado de Veracruz.
"La danza es la vida, la vida es la danza, el corazón del bosque nos observa bailar y convivir. Tu cuerpo se conecta diferente con los tambores cuando haces danza en armonía con el medio ambiente" me explica N´Diaye, que suma más de 30 años bailando profesionalmente. Su taller fue uno de los más solicitados y el cupo fue rebasado cuando se lanzó la convocatoria.
Causan asombro sus pasos felinos, gran flexibilidad e inacabable energía, y aunque ronda los más de 55 años, Oumar N’Diaye pertenece a una generación privilegiada de bailarines precursores de la danza africana, formó parte del “Ballet National de Guinée” en 1979 y figura como invitado de honor en cientos de festivales alrededor del mundo.
“Vengo aquí como voy a todas partes, es mi misión en la vida, me esfuerzo para que las personas entiendan la comunicación original de África: la danza, que es un lenguaje universal. Realmente yo hablo con los pies”.
Y es verdad. N´Diaye sólo requiere unos minutos para planear con sus músicos una nueva coreografía, cambia los ritmos con dos parpadeos y habla con los tambores antes de subir a escena.
"No es danza si no comunica. Tus pies deben transformarse en fuego, aire, tierra, agua para tener un buen discurso. Eso es la danza africana”.
Termina su desayuno y es estricto “Debo irme, no me gusta empezar nada tarde…”
N’Diaye camina tranquilo, mientras lo esperan decenas de jóvenes ansiosas por empezar lo que será su última clase en este Festival, que del 31 de julio al 6 de agosto ofertó 21 talleres de Son Jarocho, Fandango, Jaranas, Zapateado, Danza Africana, entre otros.
Como cada año el eje principal del evento fue el cuidado al medio ambiente, y utilizar el arte como herramienta para impulsar un espíritu de comunidad entre los participantes.
"El esfuerzo por realizar este festival es el resultado de años de trabajo que hemos enfocado en abrir espacios alternativos de expresión, cultura y arte en Xalapa y Coatepec. El Festival Raíces reúne la experiencia acumulada en esos años" expuso Agustín Fernández, director del Festival.
Para la realización de esta sexta edición, el evento contó con el apoyo de Ibermúsicas y Empresas Culturales del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
Como cada año, el evento también fue posible gracias a integrantes del Colectivo Maíz Negro y el Movimiento Cultural Interdisciplinario.
avl