El secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la CDMX, Felipe de Jesús Gutiérrez, afirmó que más de 90 por ciento de las viviendas que se encuentran en mayor riesgo o se cayeron durante el sismo del martes pasado, tienen una antigüedad de entre 40 y 50 años, es decir que fueron construidas antes de los sismos de 1985.
Por su parte, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) , Gustavo Arballo, informó que la gran mayoría de los casi 45 edificios colapsados en la Ciudad de México, tienen una antigüedad superior a los 30 años.
En julio de 1987 el gobierno federal publicó las primeras modificaciones al Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal: Toda vez que luego de los sismos ocurridos el 19 y 20 de septiembre de 1985 “es conveniente reducir el nivel de riesgo para los habitantes del Distrito Federal, introduciendo elementos que refuercen la estabilidad de las edificaciones e instalaciones para garantizar un grado óptimo de seguridad en su utilización”.
Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno capitalino detalló a su vez que en la Ciudad de México, al menos 360 inmuebles registraron un daño estructural grave, y que hasta el momento tienen solicitudes de revisión de 11 mil 200 construcciones, de las cuales ya han sido verificadas nueve mil 526.
Felipe de Jesús Gutiérrez precisó que mil 136 inmuebles requerirán alguna reparación pero se encuentran en condiciones habitables, mientras que 360 necesitan una revisión más especializada, debido al grado de los daños.
El presidente de la CMIC consideró por su parte que los edificios de mayor altura que se han construido en los últimos 25 años en la ciudad, como en la zona de Santa Fe, no registraron daño alguno lo que debe valorarse en “su justa dimensión”.
Sin embargo, ello no quiere decir que dichos edificios estén fuera de todo riesgo, por lo que es necesaria una revisión integral de estructuras en todos ellos; lo mismo debe hacerse con las escuelas que aunque no sean altas fueron construidas hace más de tres décadas, pues son espacios que congregan muchas personas, alertó.
El líder del colegio empresarial dijo que tras la fase de emergencia, iniciará la reconstrucción que requerirá una adecuada coordinación entre todos los actores involucrados, para hacer un uso eficiente de los recursos.
La industria de la construcción opera con su “protocolo de emergencia, igual que hicimos recientemente en Chiapas y Oaxaca: Las empresas de nuestras delegaciones locales han aportado su maquinaria y equipo ligero“, bajo la cooordinación del Sistema Nacional de Protección Civil, concluyó.
(Con información de El Economista y El Universal)
aml