En lo que fue su última presentación como presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, señaló que la labor del organismo se pudo realizar “mediante el ejercicio responsable e íntegro de su autonomía, atributo indispensable para que el Ombudsperson cumpla con sus funciones”.
Durante la presentación de la “Memoria de Gestión 2014-2019”, en la que se da cuenta de las actividades más sustantivas de la CNDH durante este periodo, Luis Raúl González señaló que la autonomía en la actuación del Ombudsperson fue un aspecto indispensable para el desempeño de su gestión, “ya que cualquier subordinación a autoridades o gobierno habría condicionado o impedido la posibilidad de denunciar la ilegalidad o los abusos de poder”.
Señaló que el Ombudsperson necesariamente se vuelve un contrapeso sano cuando defiende los derechos de las personas frente a los actos ilegales y arbitrarios de la autoridad, fortaleciendo de esa forma la institucionalidad democrática.
Luis Raúl González remarcó que ser contrapeso efectivo ante el poder implica que la institución ejerza sus atribuciones plenamente, ante casos o situaciones que así lo ameriten, al margen de intereses o influencias de cualquier índole, buscando el respeto a la ley y la vigencia de los derechos.
Argumentó que el auténtico compromiso de una autoridad o gobierno con los derechos humanos debe trascender el ámbito discursivo, demostrando en los hechos que, mediante sus acciones, programas y políticas, busca la vigencia y el respeto de los mismos.
El todavía presidente de la CNDH señaló: “Más que profundizar o pretender crear divisiones ideológicas, nuestro país requiere unidad y trabajo conjunto, por la legalidad, por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y republicanas, y por el respeto a la dignidad humana”.
Le deseó el mayor de los éxitos a Rosario Ibarra Piedra, próxima presidenta de la CNDH, señalando que los retos son muchos y las problemáticas complejas.
Quedaron pendientes por resolver el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el asesinato de la familia LeBarón, el operativo en Culiacán y las denuncias de abuso por megaproyectos, entre otros.
Por último, defendió los resultados de su labor al frente de este organismo diciendo que los hechos objetivos y públicos dan constancia de su trabajo, y dijo que, independientemente de personas, la CNDH seguirá siendo una institución que alce la voz para defender los derechos y su vigencia sea una realidad.
De esta forma se cerró el ciclo de Luis Raúl González al frente de la CNDH e inicia otro con Rosario Piedra, la cual ha sido duramente cuestionada por la oposición política, organismos civiles de derechos humanos y ex consejeros de la misma CNDH, que ya preparan sus impugnaciones legales ante la SCJN y denuncias ante organismos internacionales de derechos humanos para tratar de impedir su permanencia en el cargo.