En rechazo a las condiciones de renuncia establecidas a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Ana Margarita Ríos-Farjat presentó su dimisión al máximo tribunal y, en un contundente mentís a las afirmaciones insidiosas de la presidenta Claudia Sheinbaum, renunció también a los haberes que le corresponden.
En menos de 24 horas, y como se esperaba debido a los plazos constitucionales establecidos para que los ministros definieran si renunciaban o participaban en la elección de juzgadores del años próximo, ya son ocho de ellos quienes han presentado su dimisión. Sólo participarán en los comicios las tres ministras obradoristas, quienes hasta han amagado a sus colegas.
Destaca la renuncia de Ríos-Farjat debido a que es la que ha declarado que también rechaza los “haberes” que le corresponden, como lo establece la propia reforma judicial de la Constitución, debido a que de esa forma mantendrá su “espacio de dignidad y libertad personal”, como lo había anunciado desde septiembre.
En el más pleno estilo del obradorismo, en su conferencia de prensa del martes pasado Sheinbaum deslizó la insidia en una embestida más contra los ministros de la SCJN cuya dimisión se anunció: dijo que lo hacían porque “se van a ir con todos los haberes de retiro”.
Como si no lo hubieran establecido en la reforma judicial (aunque esto lo reconoció) impulsada por ella, por Andrés Manuel López Obrador, por Morena y aliados, Sheinbaum continuó: “¿Sí se entiende? Si no presentan ahora su renuncia, entonces ya no tendrían los haberes de retiro. Haberes de retiro es todo lo que se llevan los ministros y ministras cuando se retiran de la Corte, que es un montón de dinero”. Y quedó en aclarar las cifras (al respecto, muchos le recordaron los casos de su colaborador, Arturo Zaldívar, y de la diputada morenista Olga Sánchez Cordero).
De alguna forma y como lo había anunciado con anterioridad, en su renuncia Ríos-Farjat responde de manera contundente a la presidenta (sin mencionarla): “Para mantener mi espacio de dignidad y libertad personal, y como parte de ese rechazo, opto por no aceptar, bajo tales condiciones y llegado el momento, el pago de la cantidad de dinero mensual a la que tengo derecho como futura integrante en retiro de este tribunal constitucional”.
La ministra escribió que devolverá ese dinero a la Tesorería de la Federación si no logra donarlo a niños en situación de vulnerabilidad, ya que, afirmó, “después de todo, siempre son las generaciones siguientes las que resienten el quehacer de las actuales y la ausencia cada vez mayor de empatía, solidaridad y educación cívica”.
En un video que difundió en septiembre pasado, Ríos-Farjat contestó a una infamia más del entonces presidente López Obrador: que los ministros de la SCJN, con todas sus prestaciones, llegaban a recibir 700 mil pesos. Y el macuspano agregó: “¿Han escuchado ustedes esa pregunta cuando van… cuando va la señora Piña, cuando va la señora Margarita Ríos-Farjat? ¿Les preguntan eso?”.
En su respuesta en video, Ríos-Farjat no sólo respondió al tabasqueño, sino que criticó la entonces iniciativa de reforma judicial respecto a las condiciones que se establecían para la renuncia de los ministros de la SCJN.
Entonces Ríos-Farjat adelantó con toda claridad que prefería declinar al derecho a los “haberes” antes que aceptar las humillantes condiciones que se impusieron a los ministros: “Es un extraño deseo, oscuro para las instituciones de la República; en lo personal, prefiero renunciar a una pensión a la que tendría derecho, antes que aceptar una situación que no deje espacio a la dignidad personal”.
Este miércoles, Ríos-Farjat ha cumplido con la palabra que entonces empeñó.
De alguna forma, en su renuncia presentada este miércoles Ríos-Farjat (quien fue elegida ministra de la SCJN en diciembre de 2019 por un periodo de 15 años) también reclamó la retroactividad que se le ha aplicado a los ministros con la reforma judicial: recordó que el anterior sistema judicial garantizaba estabilidad a inamovilidad y que los ministros sólo podrían ser removidos por juicio político, además de que se les aseguraba un haber por retiro. “Sin embargo, en septiembre de este año se publicó una reforma que impacta en el núcleo del sistema judicial y además en las condiciones del cargo conferido”, escribió.
En su documento, Ríos-Farjat insistió en lo que había criticado desde septiembre: las condiciones de la renuncia para los ministros: aunque la presentaran, deben seguir en el cargo para preservar sus derechos, o no dimitir y perderlos. Y afirmó que su renuncia es en rechazo a ello.
La ministra también mencionó que la esencia republicana de la Constitución es el “sano equilibrio y separación de poderes autónomos entre sí”, en el que se pueden encauzar las transformaciones sociales.
Por supuesto, Ríos-Farjat también declinó a participar en la elección de juzgadores del año próximo, “aunque seguiré poniendo mis conocimientos, energía, lealtad y convicciones al servicio de la nación durante mi encargo y más allá de este. Como siempre”.