La ministra presidenta Norma Piña manifestó que mientras la ley así lo indique, se mantendrá en su cargo al frente de la Suprema Corte y que, en caso de aprobarse la Reforma Judicial, no se postulará como candidata.
En una extensa entrevista concedida al diario El Universal, la presidenta de la Corte fue enfática al decir que el sistema de jueces electos por voto popular no funciona y que así lo han demostrado experiencias en otros países. Lo mismo para la propuesta de “jueces sin rostro”, que además no es acorde con el derecho internacional, pues todo acusado tiene derecho a conocer el rostro de su juzgador.
Respecto a los dichos del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que ella se merece que le abran juicio político, dijo que “estar comentando, anunciando juicios políticos puede, incluso, atentar contra la independencia judicial”. Agregó que no sabe si es porque quieren “mi cabeza, pero yo he actuado conforme a la ley y a la Constitución, haciendo lo que se debe hacer”.
Tal como lo hizo también la vocera de los trabajadores del Poder Judicial, Patricia Aguayo, Piña Hernández dijo que no hay “nada que hacer” de parte de dicho poder para frenar la reforma, ya que se encuentra en manos del Poder Legislativo.
Agregó que legalmente le corresponde al Legislativo esta decisión y que, si lleva adelante la reforma, quedará en su “responsabilidad histórica”.
A título personal comentó que el sistema de elección por voto de jueces, ministros y magistrados no llevará a los mexicanos a un acceso efectivo a la justicia ni será útil para mejorar el sistema de justicia.
“Además la implementación misma de esta reforma creo que trae graves problemas, desde la operatividad, que no exista legislación reglamentaria, el que todo se haga a través de acuerdos del INE, las famosas tómbolas. Estoy consciente de que va a tener muchos problemas esta implementación, en lo personal lo creo, esperemos que se arregle como debe ser”.
Otro problema es la posible injerencia del crimen organizado. “Sí puede llegar a permear dinero de algún grupo delincuencial que quiere tener un juez para que vea sus asuntos. Máxime, que los jueces —según la reforma— no pueden ser cambiados de su lugar de adscripción”.
En lo relativo al cargo de ministro, dijo que “yo en lo personal creo que no van a implicar una mejor impartición de justicia los requisitos que se están sometiendo para ser un ministro”. A ello hay que agregar que dicho nombramiento siempre ha sido político “porque es propuesta del presidente y selección del Senado”.
Comentó que, según la iniciativa de reforma, para continuar como ministra tendría que renunciar primero a su cargo y luego postularse para participar en las elecciones.
Dijo que no hará ni una cosa ni otra. No renunciará a su encargo ni se postulará. Así, continuará como ministra hasta el término que le indique la ley.
“Yo tengo que ser congruente con lo que pienso y si pienso que este método de elección no es el idóneo para el sistema de justicia, hasta hoy congruente con lo que yo pienso, yo no me postularía”.
Sobre la figura de “jueces sin rostro” señaló que “este tipo de figuras infringen garantías judiciales protegidas por la Convención Americana en su artículo octavo. Entre ellas se impide a los procesados conocer la identidad de los juzgadores y por ende valorar su idoneidad, cuestionar su competencia, legalidad, independencia e imparcialidad, así si se configuran causales de recusación”.
Respecto al movimiento de protesta de los trabajadores del Poder Judicial dijo que “hay solidaridad” con ellos y que, debido a que dentro de la SCJN hay ministros que sí apoyan la Reforma Judicial, no se ha hecho un pronunciamiento conjunto en contra de la misma.
ofv