La intervención de Gonzalo López Beltrán, “Bobby”, hijo de Andrés Manuel López Obrador, como “supervisor honorífico” del Corredor Interoceánico no está documentada oficialmente: las dependencias a cargo de la obra no dan cuenta de ella, informó Latinus.
El 5 de julio de 2024 el entonces presidente se refirió a que su hijo Gonzalo no estaba metido en la política, pero que sí “ha ayudado como honorífico en el Interoceánico, pero no cobra y no va a trabajar en el gobierno. Cuando me dijo eso me sentí contentísimo”.
Cuestionado sobre en qué había colaborado su hijo Gonzalo en la obra mencionada, afirmó que “a ver el avance de las obras, del tendido de las vías, lo de los trenes, la construcción del rompeolas en Salina Cruz, con los marinos”.
En ese sentido y en menor medida, hizo una similitud de lo que hacía su hijo en el Interoceánico con lo que, a su vez, desarrollaba Daniel Moreno, presidente del Grupo Vidanta (corporativo dedicado al turismo que fue muy beneficiado por su gobierno) en el Tren Maya: “Eso mismo (claro, en otra proporción) hacía Gonzalo con los marinos”.
En septiembre pasado Latinus presentó un reportaje con audios en los que se escucha a Amílcar Olán, empresario clave en el funcionamiento de la red de tráfico de influencias a la que se ha llamado “el Clan”, mencionar la intervención de Gonzalo en las obras del Corredor Interoceánico.
En una de las grabaciones se escucha decir a Olán: “Bobby es el que me metió en este desmadre”, y después comenta que “ya se reunió con todos porque va a estar ahí, supervisando. Lo mandó el papá a ver eso” para “todo lo que tenga que ver con vías”.
En otro audio el empresario refirió que también en las obras del Transístmico tendrían el control del balasto, en un modus operandi similar al que habían desarrollado en el Tren Maya. En las grabaciones Olán también mencionó encuentros con el capitán Tarsicio Cruz Saba, director general del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.
Sin embargo, en los documentos oficiales de cuatro dependencias gubernamentales no existe evidencia de la intervención de Bobby en los trabajos del Interoceánico.
Este domingo Latinus presentó un reportaje de Mario Gutiérrez Vega en el que se informa de que ese medio hizo cinco solicitudes de información a cuatro dependencias federales para conocer la participación de López Beltrán en reuniones y otras actividades relacionadas con su función de “supervisor honorífico” que le dio su padre en las obras del Corredor Interoceánico. Las respuestas fueron que no hay nada al respecto.
“Las respuestas oficiales revelan que la presencia de Bobby se hizo con opacidad, sin control y fuera de los canales que regulan el servicio público”, señala el trabajo periodístico.
Así, a la solicitud correspondiente la Secretaría de Marina (recuérdese que el propio presidente mencionó que su hijo Gonzalo trabajaba con los marinos) se declaró incompetente para dar respuesta, y mejor sugirió preguntar al Corredor Interoceánico y a la Administración Portuaria de Salina Cruz.
La empresa Corredor Interoceánico contestó a Latinus que no cuenta con documentos en los que se encuentre el nombre de Gonzalo López Beltrán; por su parte, la Administración Portuaria de respondió que López Beltrán visitó en dos ocasiones sus instalaciones y recorrió la construcción del rompeolas ubicado en la costa de Oaxaca. Pero no hay minutas de ello porque el hijo del presidente no tenía un cargo oficial. Sin embargo, en documentos de otras reuniones sobre el proyecto sí se incluyeron nombre y cargos de personas que no estaban en el servicio público.
Por su parte, el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec ni siquiera atendió la solicitud de transparencia.
Así, la intervención de Bobby en el Interoceánico resulta ser documentalmente nula, aunque, por lo que se puede deducir de lo dicho por López Obrador y Olán, más bien era una operación tras bambalinas, en las cañerías de la influencia, del “supervisor honorífico” designado por el entonces presidente de la República.
“La falta de registros oficiales impide conocer cómo operó y cuáles fueron las decisiones del hijo de López Obrador en un proyecto donde el gobierno federal prometió invertir más de 100 mil millones de pesos y en el que participó el Clan, la red de negocios y de tráfico de influencias que encabezan Bobby y Andy López Beltrán”, explica el reportaje.