Tras lo ocurrido el martes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en general entre el oficialismo el ministro Alberto Pérez Dayán pasó de ser un serio candidato a un juicio político a ser un personaje congruente y hasta loable.
Uno de los casos más destacados es el del ministro en retiro Arturo Zaldívar. Se debe recordar que en junio pasado, al inicio de los foros de la Cámara de Diputados sobre la reforma judicial, cuando Zaldívar iba a intervenir y a cerrar la primera sesión, Pérez Dayán prefirió abandonar el Salón Verde antes que escucharlo. Entonces el ministro que dejó su cargo para integrarse en el equipo de la candidata presidencial oficialista atacó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación al decir que se convirtió en defensora de las élites, de la oligarquía, de los poderosos y de la derecha, además de que la acusó, of course, de corrupción.
Poco más de cuatro meses después de aquellas acusaciones generalizadas, tras el voto que impidió entrar a discutir de fondo la reforma judicial, Zaldívar elogió a Pérez Dayán, a quien, dijo, ahora se le quiere presentar como un traidor, pero que “fue un ministro congruente como siempre ha votado”. Así, dijo que “fue congruente con su votación y me parece que es buena decisión para el país”.
Otro caso emblemático es el de Enrique Galván Ochoa, columnista de La Jornada y fervoroso apologista del gobierno. Tras aquella decisión con voto de calidad de Pérez Dayán para echar atrás la reforma eléctrica, era lógico que se lanzara contra éste. Así, el 6 de febrero de este año acusó a la SCJN de haberse convertido en “un partido político de oposición”, y añadió que “Morena ha pedido la destitución de Pérez Dayán por la chicanada en el caso de la ley de la industria eléctrica, la cual ha sido declarada inconstitucional”.
Pero el 6 de noviembre Galván Ochoa reprodujo en su cuenta de X la opinión de una obradorista presuntamente abogada, quien escribió que fue gracias a Pérez Dayán que “el ‘cartel de la toga’ no se salió con la suya”. Añadía que los siete que estuvieron a favor de revisar la reforma constitucional “son unos apátridas, violadores de nuestra Constitución”, quienes no solamente “merecen irse sin nada” sino que “merecen juicio político”. Ya Galván, solidario con ese mensaje, no incluía a Pérez Dayán entre estos, a diferencia de ocho meses antes.
Un infaltable en estas ferias de incongruencias es el productor de narcoseries Epigmenio Ibarra, quien en febrero pasado, en el marco de lo hecho con la reforma eléctrica en una sala de la SCJN, escribió: “Ministro enérgico es Dayán Pérez #JuicioPolítico”, y reprodujo un cartón del monero Rapé con Pérez Dayán con un foco en la nariz que decía iniciativa privada y la leyenda siguiente: “No hay nada más sano que la libre competencia”.
Unos cuantos meses después, el propio 5 de noviembre Ibarra publicó un tuit burlón: “Luego de escuchar al Ministro Pérez Dayan se escucha a Norma Piña y a Claudio X cantar: ‘…de los 8 que tenía…’”.
Un día después, a Ibarra la postura del ministro para el que en febrero pedía juicio político le pareció “loable”. En el noticiario de Ciro Gómez Leyva dijo que el ministro era congruente con otras de sus sentencias, y que, además, no era una “traición al bloque conservador” y que “se mantuvo fiel a la Constitución y a lo que han sido sus fallos en el pasado. Me parece muy loable, y expresa, además, la realidad democrática del país”.
En estos cambios de juego de un lado al otro es infaltable uno de los grandes propagandistas del régimen: Álvaro Delgado, director de Investigación de SinEmbargo, quien no falta a estas citas con la incongruencia. Así, consumado conspiranoico, desde diciembre de 2018, por ejemplo, acusó que Pérez Dayán y Jorge Mario Pardo Rebolledo habían asesorado a senadores opositores para el recurso “contra los millonarios sueldos del Poder Judicial”.
El 29 de agosto de este año Delgado lanzó otra tarascada contra el ministro por un caso de impuestos: “No pierdan de vista a Alberto Pérez Dayán, ministro del PRIAN: Es quien resolverá una deuda de 30 mil millones de pesos de impuestos que el magnate @RicardoBSalinas no quiere pagar”.
Pero Delgado cambió y el 5 de noviembre, cuando hubo un receso en la SCJN, ya no recordó al ministro del “PRIAN” ni que resolverá el asunto de pago de impuesto del empresario, y escribió: “Con el pretexto de que ya estaban ‘cansados’ con sesiones sólo cuatros horas, la ministra Piña decreta un receso. Y es muy claro para qué: para que los poderes más viles de México aprieten al ministro Alberto Pérez Dayán y lo hagan volver al redil”.
Morenista de importación, Abraham Mendieta, tras el rechazo a la reforma eléctrica con voto de calidad de Pérez Dayán, escribió el 5 de febrero que éste “es un ministro al servicio de las grandes empresas extranjeras, como Iberdrola. Sí, Iberdrola, la empresa que contrató a Felipe Calderón, expresidente que lo propuso como ministro de la SCJN. A veces, las cosas son tan sencillas como parecen”.
No queriendo verse tan simplista como entonces, el 6 de noviembre Mendieta prefirió darle una buena retorcida a su interpretación de lo ocurrido el martes en la SCJN para simular ser un poco sofisticado, por lo que fantaseó con transformar al ministro en el ave que cruza el pantano sin mancharse: “Yo creo que Pérez Dayán quiso ser leal a su bloque político-laboral. Hasta que se encontró con una contradicción de tesis que él mismo había defendido anteriormente. Y ponderó. Y la contradicción llegó a su límite. Y no se hundió en el fango ajeno”.
También en febrero pasado Fabrizio Mejía acusó con todo al ministro de marras: “Pérez Dayan hizo su transa en la suprema corte para que en España X. pueda cumplir lo que prometió: darle la industria eléctrica a la ultra derecha ‘para que haga negocios’. (5 septiembre, 2023)”.
En su muy torpe, ignorante y tramposa “reseña” que en video hizo del debate del 5 de noviembre, Mejía centró sus baterías sobre algunos ministros de la mayoría en la SCJN y apenas mencionó a Pérez Dayán, pero lo excluyó de su lista de “ministros golpistas”. Por supuesto, ya no evocó la “transa” que mencionó en febrero.
Un ejemplo más, un poco distinto pero que sirve muy bien para ilustrar la indigencia intelectual del gobiernismo, es el de Rafael Barajas, “El Fisgón”, director del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, quien, con su mentalidad policiaca, dio a la posición de Pérez Dayán una interpretación de huida e impunidad, propia y de la mayoría de los ministros (excluyan a las tres obradoristas).
“Los opositores de Claudio X. González acusan a Pérez Dayán de ‘traidor’. En realidad, perdón, lo que estaba haciendo Pérez Dayán es que estaba cuidando un proyecto importante porque lo que estaba defendiendo es que no lo acusaran a él, no le hicieran un juicio político a él, y él también estaba cuidando a los demás ministros para que no les hicieran un juicio político”, dijo “El Fisgón” en una entrevista.
¿Por qué la mayoría de los ministros insisten en “defender esto”?, se preguntó el taimado monero gobiernista. La respuesta, presumió, se la dio un amigo jurista (¡guau!), quien le hizo una tremenda revelación a Barajas: lo hacen por defender los privilegios de ministros y de miles de jueces que están en una lógica de corrupción.
Así, con la más vulgar repetición de las cantaletas del oficialismo pero que atribuye a un “jurista”, el monero de La Jornada pretende apantallar a los más incautos. Ese es el hombre encargado de la formación de los cuadros de Morena.