La empresa Tecnoradio decidió dar la cara, a medias, la semana pasada. En un comunicado de prensa, aclaró que Carlos Lara, el director del Instituto Mexicano de la Radio, y Cenobio Alfonso Amilpas, dejaron de ser accionistas de la empresa en septiembre del año pasado. Dio a conocer los nombres de sus tres nuevos accionistas, totalmente desconocidos en la industria y sin antecedentes en la radio, con lo cual, lejos de despejar de sospecha sobre la transparencia de sus intenciones mercantiles, levantó una nueva ola de especulación en los medios sobre quiénes están realmente detrás de esos accionistas y si no, en realidad, se trata de testaferros de un grupo radiofónico que se quiso pasar de listo. Tecnoradio aseguró que todas esas insinuaciones son falsas, y que no hay ningún concesionario de radiodifusión o telecomunicaciones que tenga interés en la empresa. ¿Por qué creerles mediante un acto de fe?
Las concesiones de radio -también de televisión- para uso comercial, se otorgan a personas y empresas que tienen como objetivo su explotación con fines lucrativos y se otorgan mediante concurso. Más allá de su estructura de propiedad y fines mercantiles, representan un servicio de interés público que obliga a que siempre se valore la función social que cumple, que incluye los requisitos legales establecidos para que se les otorgue, y la transparencia en torno a aquellos que la van a operar. Por el tipo de impacto y alcance que tienen en una sociedad, no debe permitírseles que existe duda alguna sobre el origen de los dineros. En el caso de Tecnoradio, los señalamientos son que sus nuevos accionistas son prestanombres de grupos de radiodifusores, pero también podría haber necesidad para saber si el dinero que se han comprometido a pagar como contraprestación, no procede de un negocio ilícito o de un acto delictivo.
Lo imperativo de conocer la escala empresarial que tienen los nuevos socios de Tecnoradio está directamente relacionada a que tres días antes de iniciar la licitación, le compraron la empresa a Lara y Amilpas los señores Alí Eduardo Bañuelos Santana, que se quedó 480 acciones, René Padilla Páez y Francisco Javier Márquez Lozano, propietarios de 60 acciones cada uno, y se lanzaron a una aventura donde no tenían ninguna experiencia ni recursos aparentes para ello. Tecnoradio se presentó a la licitación de 157 frecuencias, de las que se quedó con 34 FM y 3 AM en 18 estados, tras ofrecer pagar 287 millones de pesos, 37 millones más que el segundo lugar, Grupo Radio Centro, con un largo historial en la industria.
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