Especialistas en ecología consideran que la ley es muy clara cuando se cancela un proyecto.
Al encabezar la próxima administración pública federal, Andrés Manuel López Obrador estará obligado a desmantelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y emprender la restauración ecológica del polígono de construcción.
Esto lo establece el resolutivo de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), elaborado en 2014 por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Semarnat, con fundamento en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
La condicionante deja en claro un paquete de obligaciones que el promovente del proyecto, es decir, el Grupo Aeroportuario Ciudad de México, deberá llevar a cabo en caso de abandono del sitio al rebasar su vida útil o en caso de que “el promovente desista de la ejecución del proyecto”.
No obstante, abogados ambientales consultados por MILENIO señalaron que debido a que la administración de Enrique Peña Nieto ya anunció que no cancelará las obras y seguirán hasta el 30 de noviembre, corresponderá a la administración entrante cumplir con dichas obligaciones.
El abogado ambientalista Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, explicó que la próxima administración tendrá que desmantelar o demoler lo que ya se ha construido. Y debido a que está obligado a notificar la cancelación del proyecto con tres meses de antelación, oficialmente la cancelación del NAIM sería hasta marzo próximo.
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