¿Cómo verían a Gil Gamés investido en un candidato independiente a la Presidencia? Con Gilga no hay tu tía. Luego de conseguir 866 mil 593 firmas en 17 estados de la República, una vez que su nombre estuviera listo para ser impreso en las boletas electorales, lo demás sería sencillo: conseguir 500 millones para la campaña, pactar con los grupos fácticos del poder, negociar con los partidos rencorosos que se sentirían amenazados por la plataforma de Gil y poner de rodillas a los adversarios, que no serían pocos. Sin enemigos de peligro como Emilio Álvarez Icaza y Denise Dresser, mju, todo se facilitaría. Fiuu. Imaginen contender contra estos dos titanes de la vida política independiente. Por suerte, mediante algunas triquiñuelas del PRI, se ha logrado que estos dos candidatazos se bajen de la contienda.
Ante la avasalladora simpatía de Gamés, ¿quién si no él ganaría la elección? La verdad sea dicha, Liópez, Anaya o Meade son papita, Gilga se los come vivos. Margarita caería en las trampas de oso de Gil y perdería el rumbo. La noche de la elección, ríos de champaña, canapés que acarician el paladar, gritos histéricos de felicidad.
Renacimiento
Total: Gil Presidente de México, el gran cambio empezaría desde la noche misma de la elección: la corrupción se acaba de manera automática; las bandas violentas que amenazan al país huyen hacia Estados Unidos; la austeridad le devuelve a la nación 500 mil millones de pesos, el gabinete en pleno cuenta los billetes de la honestidad, tarda mucho, pero nada le hace; en un acto de valentía, Gilga instruye a sus operadores para que organicen el referendo sobre la reforma energética con una pregunta: ¿quiere usted ser muy pobre y pasar hambre gracias a la reforma energética?, consecuencia: se deroga la reforma nefanda; de la educativa, ni hablar, Gil la tiraba de un garnuchazo y nombraba a un grupo de notables de la CNTE como secretarios de Educación Pública; un buen día se decreta la república del amor, cien millones de mexicanos memorizan poemas de Carlos Pellicer. México crece a 7 por ciento anual, los pobres desaparecen, ya nadie recuerda lo que es un pobre, oye, papá, ¿qué es un pobre? Por suerte hoy en día no es nada, hijo, gracias a la presidencia de Gil Gamés. Conclusión: México no conocía un episodio de prosperidad y abundancia como éste de principios del siglo XXI. Todas estas ideas originales de Gilga le podrían ser robadas, pero no le importaría siempre y cuando el pueblo bueno saliera ganancioso. Si ustedes quieren leer una versión ampliada de esta breve exposición, lean el libro de Gilga La renaissance du peuple mexicain, a Gil le faltaron conceptos en español y tuvo que escribir en francés, el prólogo de Macron es una pieza notable de política de altos vuelos, no en balde monsieur le president fue asistente de Paul Ricoeur, intelectual de fuste y fusta.
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