Para el ministro del SCJN, Javier Laynez, la reforma judicial se instrumentó con el único fin de controlar y quitar independencia a los jueces y consideró que su elección por voto popular, solo propiciará un ambiente de incertidumbre jurídica que puede afectar varios ámbitos, incluyendo el de la inversión.
En entrevista con la revista Proceso, señaló al ministro en retiro, Arturo Zaldívar, de ser “el caballo de Troya” del que se valió Morena para su embestida contra el Poder Judicial, por lo que consideró que sería muy negativo que quienes queden al frente de la SCJN y de los órganos jurisdiccionales tengan vinculación directa con el ahora funcionario de la Presidencia.
Laynez Potisek reveló que a partir de la derrota que para el oficialismo significó la elección de Norma Piña como ministra presidenta de la SCJN, comenzaron los embates desde el Ejecutivo en contra del máximo tribunal del país y los problemas se agravaron cuando Zaldívar renunció a su encomienda en la SCJN, sin apegarse a la ley, para sumarse al partido en el poder. También admitió que por la SCJN no levantó la voz como debería ante los ataques desde el Ejecutivo.
En su evaluación sobre la reforma judicial, el ministro expuso que aun cuando el oficialismo considere un triunfo poder hacerse del mayor número de posiciones dentro de la SCJN, tribunales y juzgados, en realidad se envía un mensaje de una distorsión jurídica que busca un control absoluto y no jueces independientes como han querido hacer creer.
Vaticina que con la captura que se busca tener del Poder Judicial, los instrumentos que en su momento se crearon como la acción de inconstitucionalidad, que era totalmente ajena a nuestro régimen, y la controversia constitucional, simplemente serán testimoniales y el Poder Judicial no será más un contrapeso a las decisiones que vulneren el estado de derecho desde el Ejecutivo.
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