Tras haberse recibido la minuta de la Reforma Judicial, en el Senado de la República se citó a sesión para este domingo 8 de septiembre para iniciar los trabajos rumbo a la aprobación de la iniciativa. Según el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, “no hay poder en la tierra” que pueda impedir que se apruebe, pues cuentan con la mayoría calificada.
“Lo digo sin ninguna arrogancia, pero con mucha claridad: no hay poder sobre la tierra que pueda detener nuestro proceso legislativo”, dijo ufano.
En conferencia de prensa, Noroña anunció que el proceso se iniciará el domingo, que se le dé una primera lectura el martes y la segunda lectura el miércoles, para ese mismo día proceder a la votación. La minuta ya se turnó a la Comisión de Puntos Constitucionales, presidida por Ernestina Godoy y a la de Estudios Legislativos, a cargo de Citlalli Hernández, comisiones en las que se dictaminará el domingo.
“Calculamos que hacia el martes de la próxima semana estaríamos en condiciones de que se hiciese la primera lectura y, por lo tanto, hacia el miércoles ya estaríamos en el pleno discutiendo, en lo general, la reforma al Poder Judicial”, agregó Noroña.
Respecto a las protestas que ha desatado la propuesta, dijo que se tiene contemplada la posibilidad de una sede alterna, tal como hicieron los diputados. De impedirse la entrada al recinto el día de la votación la Cámara Alta se trasladaría al Centro de Convenciones de Santa Fe.
Dejó en claro que también en el Senado aplicarán el fast track legislativo que tanto ha pedido el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues el Pleno le dedicará cuando mucho dos sesiones para que se apruebe el 11 de septiembre.
“Si la oposición, en su derecho, hace lo que habitualmente utiliza como una práctica parlamentaria legítima de meter cientos de reservas, pues nos vamos de frente. Porque lo que querrían es alargar la discusión, entonces nos vamos en una sola jornada. Si hay un acuerdo de tiempos y de una discusión sobre preocupaciones puntuales, podríamos hacerlo en dos etapas”, adelantó.
Se recordará que la aprobación en el Senado no es el fin del proceso, ya que lo que sigue es enviar el dictamen a los Congresos estatales. Por tratarse de una reforma constitucional, tiene que ser aprobado por al menos 17 estados, lo que sin duda se hará por tener Morena la mayoría legislativa en casi todos los estados.
El último paso es la promulgación de la reforma, que le toca al presidente. Todo se prepara para que pueda hacerlo antes de dejar el poder el último día de septiembre.
ofv