Por segundo día consecutivo, la presidenta Claudia Sheinbaum se lanzó en contra del exmandatario Ernesto Zedillo a quien acusó de criticarla por machismo y “cobardía” luego de que él la llamara a actuar como una “presidenta de verdad”, puesto que el poder realmente lo ejerce Andrés Manuel López Obrador.
El jueves, Zedillo dijo durante una conferencia que dictó en el ITAM que Sheinbaum consolida un gobierno tiránico, en donde el poder lo ejerce un “caudillo oculto”.
“No necesitamos un país que sea una autocracia de partido hegemónico, donde el poder real e inmenso lo ejerza un caudillo instalado oculto a la oficina anexa de la Presidencia de la República, queremos una presidenta de verdad que mande a las facultades constitucionales conforme a las reglas de una República democrática”.
Las declaraciones de Zedillo provocaron enorme enojo en Sheinbaum, quien le dedicó el domingo unos minutos de su “informe” por sus 100 días de gobierno y otro tanto en su conferencia mañanera de este lunes 13 de enero.
El domingo se refirió a Zedillo sin nombrarlo, molesta por las implicaciones de que ella no ejerce realmente el poder presidencial, sino que es en realidad una representante del “caudillo” tabasqueño.
En el Zócalo, espetó: “Les digo a quienes piensan que las mujeres no tenemos iniciativa propia, que porque por nosotras piensan otros, a quienes afirman que las mujeres no gobernamos porque no tenemos capacidad o inteligenci’, a quienes creen que Presidenta se escribe con e, a los que con cobardía no pueden reconocer que las mujeres somos personas. A esos que aún no han entendido que las mujeres podemos, les decimos: así como llevamos un hogar, así como somos madres y abuelas, también tenemos la fuerza, la entereza, el temple y la capacidad para ser bomberas, ingenieras, astronautas, doctoras, abogadas y Comandantas Supremas de las Fuerzas Armadas”.
Así, llevó al terreno del machismo una crítica estrictamente política en la que coinciden prácticamente todos los analistas independientes, a partir de acciones y palabras de Sheinbaum, como la elección de su gabinete, las reformas legales que ha impulsado, sus conferencias mañaneras y hasta el acento tabasqueño que a veces adopta.
Ella defendió que su gobierno es de “continuidad” y que jamás lo ocultó, sino al contrario. “Nos critican algunos medios, la comentocracia, ¿por qué no nos diferenciamos? ¿Que por qué defendemos los programas del bienestar? ¿Que por qué hay continuidad? Pero si siempre lo dijimos, ¿cuál sorpresa? Por eso luchamos durante todos estos años, para eso nos eligieron, para dar continuidad a la transformación iniciada en el 2018, que se oiga bien, lejos, fuerte, no vamos a regresar al modelo neoliberal”.
Ya el lunes volvió a la carga contra los “comentócratas” que la critican y a quienes, recomendó, hay que “seguir aislando”.
“¿Quién les hace caso? Cada vez menos. Ellos se leen, me refiero a la comentocracia, o a los comentócratas. Dicen que yo no digo nombres, pero ya los voy a empezar a decir pronto porque también es importante decir quién dice qué. Pero esta idea de que “la Presidenta no gobierna”, tiene en el fondo un machismo tremendo. Les es imposible… Ayer, incluso, usé la palabra… Tienen tanta cobardía que no tienen la posibilidad de reconocer que una mujer puede gobernar, o que puede ser ingeniera o que puede ser abogada. Entonces, respeto. Y, por otro lado, entre todas y entre todos seguir aislando cada vez más esos comentarios, que no benefician ni al pueblo de México, ni a las mujeres, ni a nadie”.
Poco después, mencionó ya explícitamente a Ernesto Zedillo, con gran enojo. “Ahí tienen a Zedillo. ¿Por qué no habla Zedillo del Fobaproa? De los regalos que le dio a muchos empresarios en el rescate”, agregó. Dijo que la actitud contra el pueblo que tienen los neoliberales les hizo perder las elecciones.
“Por eso, ayer en el discurso decía: anhelan que yo rompa con el presidente López Obrador; pues se van a quedar con las ganas. ¿Cómo? Si luchamos juntos toda la vida, si eso fue a lo que me comprometí con el pueblo, si es mi convicción darle continuidad a una transformación que inició en diciembre del 2018.
“Entonces, que sigan así, van muy bien, muy bien, entre las palabras altisonantes y la crítica a los Programas de Bienestar y a programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, que hoy ya son derechos del bienestar”.
Síganle, síganle, añadió con molestia.
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