A un día de que haberse deslindado de los tuits de Pilar Sicilia por ser opiniones dictadas “a título personal”, la directiva de la revista Algarabía anunció la destitución de la comunicadora como directora general de la publicación. Esto, ante la fuerza que tomó en redes sociales el llamado a boicotear la publicación, en su primera crisis de imagen en 26 años de existencia.
En comunicado de prensa divulgado en sus redes sociales, la Editorial Algarabía señala que el cargo que hasta ahora ocupaba Pilar Montes de Oca Sicilia será ocupado por Érika Juárez Jiménez, “hasta ahora nuestra directora administrativa”.
El comunicado lo firman Érika Jiménez, Fernando Montes de Oca Sicilia y Victoria García Jolly.
En contraste con un comunicado anterior, en el que prácticamente se lavaban las manos por los tuis de su ex directora–que manifestó que no sentía dolor por la masacre de los niños LeBarón–este viernes los socios señalaron que con la destitución de Pilar Sicilia “queremos refrendar nuestro compromiso con los valores y objetivos fundacionales de la revista”.
Agregan que parte de dichos valores es evitar “cualquier ofensa o controversia vana sobre temas de actualidad, coyunturales o sensibles” ya que su misión “apunta a sumar, en vez de restar” y a ser parte de un “debate público civilizado e informado” y por un México en paz.
Esta medida surgió ante la ineficacia de una “disculpa” pública emitida por la propia Sicilia este jueves 7, y en la que se disculpa tibiamente y en cambio, señala a sus críticos por mostrar odio y saña.
“Quiero disculparme acerca de mis tuits sobre el asesinato de la familia LeBaron, ya que me hicieron pasar por ser una ‘hija de las mil putas’, una psicópata que come niños y desea su muerte”. En dichos tuits ella señaló que no le daba nada de tristeza la muerte de nueve personas de la comunidad mormona LeBarón, mujeres y niños pequeños que iban rumbo a una boda y que fueron masacrados por el crimen organizado.
Ella señaló en los mencionados tuits (tres en total, y que luego borró) que los LeBarón son “una secta” abusiva y que por ese motivo no lamentaba lo ocurrido. Cuando se le dijo que se trataba de niños, ella respondió: “¿Ya viste de quién son hijos?”.
Así, sin jamás admitir explícita y abiertamente que sus tuits fueron un error, implicó de manera muy sutil que éstos fueron malinterpretados y que fueron producto de su empatía por las víctimas del “culto”.
“Yo me impresioné mucho al saber del culto de Ervil Le Baron, sus asesinatos a su propio hermano, entre muchos más, y al leer los testimonios de algunas de las hijas que pertenecieron a la secta. Simplemente quise hacer patente que a veces ‘pagan justos por pecadores’ y que las deudas de ese tipo se pagan caro”.
Salió al paso también de los señalamientos en el sentido de que recibe dinero del erario por sus participaciones en Canal 22.
“Yo no soy funcionaria, ni trabajo o recibo dinero de ninguna empresa estatal o privada, excepto la propia Algarabía”.
“Mis participaciones en medios públicos y privados son siempre a través del intercambio”.
Agregó que “de lo único que debería yo estar opinando” es de lo que sabe, que es historia, antropología, lingüística y letras.
Tras esta pálida disculpa, agregó estar “sorprendida” del “odio y la saña” que las redes sociales manifestaron en su contra, ya que se le deseó la muerte, así como la de sus hijos y la de sus padres.
Y es que, dijo, quienes “me conocen saben que soy un buen ser” que “trabaja día a día sin tregua, que paga impuestos, que da empleos, que ayuda a su gente y recicla su basura”. No quiero que Algarabía sea la justa que pague por mí, “la pecadora”.
Ni este, ni el primer comunicado emitido por la dirección de la Revista, ni las respuestas que Sicilia dio en redes sociales a quienes le reprocharon sus declaraciones, lograron contener la crisis.
Tras los tuits, Pilar Sicilia se volvió tendencia. En las 14 horas posteriores a sus tuits el tema ya había generado casi 4 mil tuits.
Además de las críticas, surgió la iniciativa #BoicotaAlgarabía, que prendió rápidamente. Numerosos internautas manifestaron su rechazo por lo que llamaron “falta de empatía” de la ahora ex directora y señalaron que dejarían de consumir la revista y todos sus productos. Hubo quien manifestó que tiraría a la basura toda su colección.
Asimismo, surgió la petición de que fuera retirada de su programa en Canal 22 y de sus participaciones en W Radio.
No todo fueron ataques para ella. Muchas personas se mostraron de acuerdo con ella e incluso, divulgaron información respecto a las acusaciones que pesan en contra de la comunidad mormona. Asimismo, muchos internautas defendieron a Sicilia argumentando que ella tan solo hizo uso de su “libertad de expresión”.