La venta del avión presidencial que ha anunciado Andrés Manuel López Obrador desde antes de las precampañas no será sencillo y menos económico.
De acuerdo con un reportaje que este miércoles publica Milenio diario, vender el Boeing 787 ocasionará pérdidas de hasta 137 millones de dólares.
La propia administración de Enrique Peña Nieto mandó a hacer un estudio en 2015 para analizar costos. Si el avión no se hubiera utilizado, para enero de 2019 podría venderse como avión privado en 142.4 millones de dólares, 76 millones menos de los que costó, o como avión comercial en 81.6 millones de dólares, 137 millones menos que su precio original.
El avión “José María Morelos y Pavón” fue adquirido por la administración de Felipe Calderón y llegó a México en febrero de 2016. El costo total, según reportó el gobierno de Enrique Peña Nieto, fue de 218.7 millones de dólares, a un tipo de cambio de 13.50 pesos, es decir, dos mil 952.4 millones de pesos. Este precio contempla ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones.
Banobras fue quien liquidó ese precio a Boeing y firmó un contrato de arrendamiento financiero con el Gobierno Federal a 15 años, con intereses, para que una vez concluido el plazo sea de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El Boeing 787 reemplazó el Boeing 757 que llevaba casi 30 años de servicio a los presidentes en turno; el nuevo avión tiene una vida útil de 25 años para dar servicio a al menos cinco titulares del Ejecutivo, aunque Andrés Manuel ya estableció como compromiso su venta, así como de otras aeronaves que actualmente están en poder del Gobierno Federal.
De hecho, según registra el diario, antes de que llegara el avión en 2016, Peña Nieto pidió que se evaluara la posibilidad de venderlo o darle otro uso, sin embargo, aunque suena fácil su venta no es sencilla y, como ya se mencionó, las pérdidas son grandes.
El virtual presidente electo ha dicho que sus viajes serán en vuelos comerciales, pero no ha mostrado una proyección de lo que implicará su traslado y el de su equipo durante sus seis años de mandato.
En septiembre de 2015 Peña Nieto ordenó a Hacienda realizar un estudio para determinar, con base en elementos técnicos, financieros y de Seguridad Nacional, la conveniencia de vender o mantener el “José María Morelos y Pavón”. Para ello, Banobras contrató a Ascend Flightglobal Consultancy, una compañía especializada en valuación y asesoramiento para la compra y venta de aeronaves.
Tras los resultados, se determinó conservar el avión dado las pérdidas al erario que su venta implicaría.
La consultora dijo que vender este tipo de aviones tarda al menos 12 meses dada su composición interna, por ello, probablemente ahora la administración de AMLO tendría que hacer otro descuento por el costo que toma su readaptación o reemplazo de interiores. Además es importante señalar que las proyecciones del gobierno de Peña Nieto fueron de hace tres años, las pérdidas por uso y tiempo podrían ser mayores.
En 2015, según Ascend, el costo para venderlo para uso privado podría ser 142.4 millones de dólares, y si fuera para una línea comercial tendría que venderse por la mitad, 816 millones de pesos, debido a su reconfiguración.
Adicionalmente, hay otro problema con el avión presidencial: es de los primeros en la línea de producción de los 787 de Boeing, y fue una aeronave para vuelos de prueba. Esto quiere decir que por sus características es más comerciable para uso privado.
Incluso para su venta también deben tenerse en cuenta que los costos de transición y comisiones de entre medio y un millón y medio de dólares.