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¿Cómo inició “su” presidencia Claudia Sheinbaum? Manipulando la figura de Ifigenia Martínez, besando vicariamente al partido “Verde” y profundizando la defensa institucional de otros verdes, los militares. Todo eso es continuación: AMLO también manipuló a Ifigenia Martínez, por su nombre “histórico”, así como manipuló en 2018 a Porfirio Muñoz Ledo, por lo mismo; AMLO forjó la alianza con los representados por Manuel Velasco; y fue AMLO quien desató la militarización del país, incluyendo todas las reformas sobre la Guardia Nacional.

Pero eso no es todo… La presidenta Sheinbaum no ha dejado de elogiar a López Obrador, en cien días lo ha mencionado cientos de veces en su propia “mañanera”, en la cual tenemos otra imitación del original –por eso más continuidades, una total en el propósito y una muy grande en las formas-, y recientemente dijo que no romperá con quien ella misma llama “el presidente López Obrador”. En consecuencia, ella sí es presidenta, pero también co-presidenta; él sí es ex presidente, pero también co-presidente. Ninguno de los dos es por completo una sola cosa: ni Sheinbaum es completamente la presidenta de la realidad, ni AMLO es completamente un ex presidente. Lo que también quiere decir que en un sentido y en parte eso son, pero no nada más… Y esta situación es, con toda precisión conceptual, un maximato.

Sí, sí existe un tipo de maximato, aquí, hoy. El de AMLO, como es una obviedad. Para entenderlo habría que estar dispuesto a entenderlo, es decir, no ser obradorista o fanático, y luego atender a la historia como objeto de análisis dinámico y no de propaganda a favor o en contra. Así, no sorprende que alguien como Jorge Zepeda Patterson diga tonterías contradictorias sobre el tema maximato. Es relativamente fácil de ver y comprender: un maximato real no requiere que suceda o vuelva a suceder absolutamente todo lo que sucedió bajo el dominio de Plutarco Elías Calles entre 1928 y 1934, tampoco requiere que el jefe máximo tenga 100% del poder y el/la titular legal de una presidencia tenga 0. Maximato como palabra limitada a Calles es una cosa, y una cosa artificial, otra cosa es maximato como significado de esa palabra y también sin ella. ¿Cuál es ese significado? El de una muy específica configuración del poder de la que pueden desprenderse casos más específicos, o dicho de otra manera: el maximato es una rama de un tronco político pero también es una rama que se transforma en tronco del que nacen más ramas. El maximato de Calles no es todo el árbol, es una de sus extremidades, cuyo nombre mexicano puede servir para nombrar al tronco, que no es en sí la palabra sino el hecho general detrás. El tronco existiría, existió, existe y existirá con o sin la palabra maximato.

Me parece que el lector no obradorista puede ya entender sin obstáculos lo que Zepeda no entiende (y que Jorge Volpi no había entendido): aunque no haya poder absoluto de AMLO, aunque Sheinbaum no esté absolutamente vacía de poder, hay maximato, pues maximato político es que un individuo tenga una jefatura política informal que por sí misma le dé un gran poder o una gran influencia decisiva sobre las responsabilidades formales de otro, al ser el poder informal mayor que el poder que tiene el otro individuo que ocupa una jefatura formal como la presidencia u otro poder ejecutivo legal. Es el caso de AMLO y Sheinbaum. Él tiene, a partir de su jefatura máxima en el partido al que pertenece Sheinbaum, más poder real e influencia enorme sobre ella aunque no quiera.

Los hechos que corresponderían a esa situación sí existen en estos cien días y, por tanto, la situación de maximato existe hasta hoy: Sheinbaum no rompió ni está rompiendo con AMLO, no se distancia, no se contrasta suficientemente, habla de él, lo elogia, lo defiende, defiende sus medidas, las continúa, imita su estilo apenas intentando adaptarlo a sus condiciones personales, ejecuta –junto con otros- las reformas que quiere e inició AMLO, respeta sus inercias partidistas y legislativas, sigue su línea autoritaria. Está “proponiendo” que un congreso que ella no dirige haga más de ese tipo de reformas, que serían operadas tanto por ella como por otros aliados de AMLO como Monreal y Adán, quienes no están sometidos a la presidenta sino que colaboran relativamente con ella a partir de su colaboración con el presidente. Que Sheinbaum esté de acuerdo con esas reformas es parte del problema y de su explicación, no es justificación ni puede ser prueba de independencia. La propaganda de Zepeda no puede cambiar esa realidad –sólo la percepción del que quiere percibir en abstracto lo que Zepeda refuerza y “mejora” como creencia.

Le refresco de inmediato la memoria, en dos segmentos puenteados. Uno: si defines maximato como un poder absoluto, cometes un error o inventas algo por conveniencia: definiéndolo así, puedes decir que todo maximato es imposible porque el poder absoluto no existe; es el truco para decir que lo que defiendes no es maximato. Falsos analistas como Zepeda implican que no hay maximato de AMLO porque no tiene poder absoluto sobre Sheinbaum. Pero el maximato es posible y es internacionalmente histórico y es mexicanamente actual porque no es un poder absoluto sino relacional: para seguir nuestro ejemplo, que AMLO tenga, sobre lo más relevante, mayor poder de decisión y de (indirecta) ejecución que Sheinbaum. Dos: maximato no es exclusivamente la experiencia de Plutarco Elías Calles, el de Calles no es el único maximato de la historia internacional y otros casos que han existido y pueden existir no tienen que ser idénticos al callista para ser maximatos o para que se les pueda aplicar esa palabra. Otros maximatos mexicanos fueron/son el de Porfirio Díaz sobre Juan N. Méndez en 1876-77, el de Félix Salgado Macedonio sobre su hija en la vigente gubernatura de Guerrero y, claro está, el de AMLO sobre Sheinbaum desde octubre de 2024 hasta la fecha. ¿Éste tiene otra fecha, la de caducidad? ¿Durará por siempre? No, no durará por siempre. La “eternidad” o el sexenio tampoco son requisitos y características del maximato. La duración, la que sea, depende de muchos factores: la salud de AMLO, de entrada, los efectos de la presidencia de Trump sobre México, o la posición de Sheinbaum en un sentido dual: la posición en la que ella quede por acciones de Trump y la posición que ella asuma, bajo nuevas condiciones, frente a su actual jefe partidista. Pero hasta el momento la posición de Sheinbaum es la misma, no ha sido esencialmente alterada ni siquiera por la existencia del (mediocre, reciclado e incierto) “plan México”. La aparición de ese plan no cancela ni supera la continuación del “plan C” de AMLO. Porque este plan es de AMLO, y es AMLO como centro de un proyecto autoritario con maximato mientras viva o pueda e hiperpresidencialismo cuando AMLO muera o ya no pueda influir directamente tanto. Así que sigue habiendo maximato. Aunque se harten diciendo que hay “cambio con continuidad”. La realidad es continuidad con cambio secundario, superficial o mínimo. Ese “cambio” es el que Zepeda reconoce que existe y es también según el “analista” lo que no puede ser maximato; sin embargo, ese “cambio” sólo puede implicar un tipo de maximato de AMLO. Eso es todo. Si le interesa ahondar técnicamente en el concepto, lea esto.

Para terminar, habiendo maximato de él sobre ella, y por lo que ella ha hecho y no ha hecho, no hay ningún nuevo feminismo presidencial. No sólo no llegó al cargo por y con feminismo sino que llegó por AMLO y para AMLO y el obradorismo. Tampoco ha cogobernado feministamente, lo ha hecho poniendo como pretextos retóricos el feminismo y el machismo para defenderse de toda crítica. No hizo nada para poner en el dinero público –el presupuesto federal- el feminismo que tiene como reflejo rápido en la boca. Restablecer dos estancias infantiles, ¡dos!, entre miles, es un chiste antifeminista de muy mal gusto. Y, sin importar que sus pajes prestados se molesten, mientras Sheinbaum no rompa con AMLO o siga sometida en lo esencial a él, no puede ser ni la presidenta cabal ni una presidenta congruentemente feminista, mucho menos un ícono del feminismo. En su caso, por los rasgos del mismo, continuar el maximato también es antifeminismo, y un falso feminismo práctico contribuye a la continuación del maximato. Sólo hay dos soluciones, la muerte de AMLO o el distanciamiento suficiente de Sheinbaum.

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