El gobierno de López Obrador ha labrado en piedra el superávit primario. Su objetivo es alcanzar un superávit primario de 0.7% del PIB para 2020. Está bien que mande señales de que es un gobierno de izquierda distinto, que no busca endeudarse, que no quiere dejar pasivos a las nuevas generaciones, y que, al tener finanzas públicas sanas, mantendrá la estabilidad. Pero tener un pequeño déficit público nos permitirá solucionar las enormes necesidades en un año donde la economía mundial se está cayendo a pedazos por el coronavirus.
FED REGRESA A LA MEDICINA DE LA RECESIÓN
Basta ver el contexto mundial. Fue insólito ver a la Reserva Federal de Estados Unidos salir en domingo para bajar su tasa de interés a 0%. La puso en un rango de 0% a 0.25%, además, comprando bonos del Tesoro por 500 mil millones de dólares y activos hipotecarios por otros 200 mil millones de dólares. Hay preocupación máxima en EU. La Reserva regresó a la misma medicina de la recesión global del 2008: tasas a 0% y expansión cuantitativa (QE) con compra de bonos.
El lunes, los mercados arrollaron la medicina de la Reserva Federal y los estímulos ni los vieron. Los mercados tienen incertidumbre. No saben ni cuánto ni qué tan profunda será la crisis del coronavirus. Otra recesión mundial puede venir.
ECONOMÍA MEXICANA, VIENE CONTRACCIÓN
El nerviosismo llevó al peso interbancario a cotizar a 23 por dólar en el feriado de ayer. La posible recesión mundial nos va a golpear, sobre todo porque afectará el crecimiento de nuestro principal socio comercial, EU. Pero también porque las cadenas de valor se rompieron, sobre todo en sectores productivos como el automotriz: se dejaron de producir piezas en Asia o en Europa. Las aerolíneas van en picada. El turismo se derrumbó. Si hay cuarentena, el consumo va a la baja.
Para evitar que la contracción sea tan fuerte, es el momento de utilizar el superávit primario, en lo que más tenga impacto en el corto plazo.
CCE Y CMN PIDEN ESTÍMULOS FISCALES
Incluso, los propios empresarios, como el Consejo Coordinador Empresarial, presidido por Carlos Salazar, o el influyente Consejo Mexicano de Negocios, presidido por Antonio del Valle, nos comentan que no verían mal tener un pequeño déficit público.
Arturo Herrera, secretario de Hacienda, nos cuenta que están evaluando todas las medidas. Y ya adelantaron el gasto público para este año, donde las licitaciones de todo el sector público estarán listas para el siguiente mes. Pero no será suficiente.
Carlos Salazar y Antonio del Valle (CCE y CMN) ya se sentaron con Arturo Herrera (Hacienda) para revisar facilidades fiscales: deducibilidad inmediata; deducibilidad para prestaciones sociales de trabajadores, exentar ISR a trabajadores de cinco salarios para abajo. Pero también es momento de que venga un gasto contracíclo, donde, sin problema, se podría utilizar el superávit en finanzas públicas y pasar a un pequeño déficit. La recesión mundial toca a la puerta y México debe estar preparado.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 17 de marzo de 2020, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.