Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 murieron más de 3 millones de personas a consecuencia del consumo de alcohol, lo que representa 1 de cada 20 muertes. Es, concretamente, el 5o factor de muerte prematura. De estas muertes mas de las tres cuartas partes correspondieron a hombres. El consumo de bebidas alcohólicas, por sí solo, ocasionó un promedio de 85 mil muertes anualmente entre 2013 y 2015 tan solo en el continente americano donde la ingesta per cápita es 25% mayor a la del promedio mundial, según un estudio realizado por la OPS/OMS y publicado en la revista Addiction
Por cierto cerca de 80% de las muertes ocurrieron (previsiblemente) en tres de los países más poblados: Estados Unidos (36,9%), Brasil (24,8%) y México (18,4%).
Abundando en datos tan solo para darnos una idea, al 9 de noviembre del 2020 habían muerto 1.2 millones de personas por COVID19 y según la OMS el número de muertos por el consumo de alcohol sería de 3 millones en un periodo similar. En pocas palabras, el alcohol mató mas del doble de personas que el COVID en su fase mas alta.
El alcohol mata de muchas maneras. Desglosando las causas de muertes por patologías tenemos en primer lugar los trastornos neuropsiquiátricos que acaparan el 34,3% de las enfermedades y muertes ligadas a ese hábito. Le siguen los traumatismos involuntarios como consecuencia, por ejemplo, de accidentes de tráfico, quemaduras, ahogamientos y caídas (el 25,5%) y los intencionados, como el suicidio (11%), le siguen los casos de cirrosis hepática (10,2%), enfermedades cardiovasculares (9,8%) y cáncer (9%).
Si bien se ha sostenido que existen algunos indicios de que el consumo moderado de alcohol podría reducir la mortalidad y morbilidad relacionadas con algunas pocas enfermedades y en determinados grupos de edad , es difícil establecer un umbral para el consumo nocivo de alcohol, reconoce la OMS en su informe. Es el conocido consejo de tomar una copa de vino tinto al día para prevenir patologías cardiovasculares o una cerveza diaria para disminuir incidencias de cálculos renales, neumonías, gripas etc.
Para ensombrecer mas el panorama relacionado con el consumo de alcohol, es sabido que en diversas enfermedades, entre ellas el cáncer de mama, el riesgo y el pronostico del mismo empeora en función de la cantidad de alcohol consumido, al tiempo que “la acumulación de indicios sugiere una relación entre el consumo y enfermedades infecciosas tales como el sida y la tuberculosis, aunque esa relación aún debe demostrarse y cuantificarse”
El precio que paga el mundo por el consumo de alcohol es altísimo, se calcula un poco por arriba del 2% del producto bruto mundial. La cifra es aterradora si tomamos en cuenta que tan solo en los EUA el costo pagado por los daños ocasionados por el alcohol superan los 250 mil millones de dólares por año.
En cuanto el tabaquismo el escenario es peor. El número de fumadores en todo el mundo aumentó a 1.100 millones en 2019 y el tabaquismo causó la alarmante cifra de 7,7 millones de muertes, lo que viene siendo 1 de cada 5 muertes en hombres a nivel mundial. Mas del doble que los muertos relacionados al consumo de alcohol.
Especial preocupación son las tasas consistentemente elevadas de tabaquismo entre los jóvenes, y para mayor preocupación en más de la mitad de los países del mundo no se ha registrado avance alguno en la reducción del tabaquismo entre los jóvenes de 15 a 24 años a pesar de las medidas tomadas para disminuir su consumo. El 89 % de los nuevos fumadores se vuelven adictos a los 25 años, lo que hace evidente que es imperativo concientizar a los jóvenes sobre los grandes peligros que tiene el consumo de tabaco. Definitivamente no ha sido suficiente el retirar la propaganda de los cigarrillos en los grandes medios de difusión, cine, radio, televisión, espectaculares, carrocerías de autos formula 1 , ropa de diseñadores , revistas etc.
En México las medidas adoptadas para combatir el tabaquismo no han dado los resultados esperados. Es de aplaudir la medida de prohibir fumar en todo espacio cerrado, público o privado, y en todos los edificios de gobierno; el etiquetado de las cajetillas con amenazas de muerte e imágenes terroríficas supuestamente disuasorias al parecer no ha servido de nada; definitivamente hacen faltan mas medidas enfocadas básicamente a los jóvenes
Está demostrado que si una persona no se vuelve fumadora regular a los 25 años, es muy poco probable que llegue a hacerlo después. Por lo tanto es urgente explorar medidas para lograr disminuir el consumo de tabaco entre jóvenes.