Dice el expresidente del PRI César Camacho Quiroz que ni en el 2000 la habían pasado tan mal. El mexiquense probablemente se está quedando corto, porque hoy el PRI no tiene para dónde hacerse y si se mueve desde el gobierno se le van encima.
El Presidente y su gobierno no han tenido que esforzarse mucho para controlar a los priistas. Cada vez que surge algo que pudiera generar ruido político al tricolor le ponen su pasado en la mesa y lo colocan contra las cuerdas. En más de una ocasión las y los priistas han optado por el silencio o por hacerse a un lado.
El lío en que está metido su actual presidente lo está llevando a que su gestión sea cada vez más insostenible. Hay evidencias de que desde el gobierno ha crecido un encono en su contra, derivado de la decisión del PRI de no aprobar la Reforma Eléctrica.
Alito llevó el partido a esta instancia un poco por los muchos cuestionamientos que había en el ambiente en contra de la iniciativa, otro tanto como mecanismo de defensa, porque muy probablemente tenía indicios de que están tras él, y otro tanto más porque en el PRI no tenía los mínimos consensos para aprobarla.
Sumemos a esto los recientes resultados electorales. En el tricolor no están para hacer fiesta después de que perdieron dos gubernaturas y más por la forma en que se dieron los resultados. En otros tiempos una situación como ésta llevaba a la inmediata renuncia de los dirigentes del partido.
Al presidente del PRI lo tiene desde hace mucho tiempo en la mira Layda Sansores. Ahora que la gobernadora tiene campo libre dio a conocer grabaciones e informaciones sobre Moreno, se anda dando vuelo.
No parece casual la estrategia, no es descabellado plantear que venga apuntalada con el visto bueno de Palacio Nacional. Recordemos otras grabaciones, la conversación que sostienen el senador del arribista Partido Verde Manuel Velasco con el presidente del PRI que de alguna manera había elementos para sugerir amenazas comunicados por su “hermano” al campechano; es evidente que alguien en algún lugar preponderante del gobierno se pasó a molestar por el voto del PRI.
El operativo instrumentado ayer por la Fiscalía de Campeche, para delimitar propiedades que se encuentran a nombre del exgobernador, parece ser más bien un mensaje de lo que se le puede venir a Alito, el fiscal dijo que “fue una inspección”.
El operativo se dio el mismo día en que la estridente gobernadora anunció que dará a conocer nuevas grabaciones del dirigente priista, en esta ocasión con un diputado federal de su partido, y también el mismo día en que las y los expresidentes del tricolor se reunieron con el multicitado campechano para pedirle su renuncia, la cual no fue aceptada.
Alito está en un laberinto. El PRI está en franco declive, se ve ausente de identidad y sin rumbo en medio de un rudo proceso en que buena parte de su militancia se ha ido trasladando a Morena. Por más que exista evidencia sobre la ilegalidad sobre la difusión de las grabaciones en que participa el exgobernador sus dichos hasta ahora no han podido ser desacreditados, lo que suma al deterioro de la imagen del partido en lo cual mucho tiene que ver su actual dirigencia.
El laberinto en que está Alito es el mismo en el que está el PRI. Su remoción podría darle al partido en el corto plazo un cambio de imagen, pero no pasaría de ahí, quienes quizá agradecerían el cambio serían el PAN y PRD, porque la alianza ya anda cargando la crisis y el deterioro del tricolor.
Los priistas deben saber el estado en que se encuentra su partido. Alito debe saber que donde sus problemas van a crecer en serio es en Campeche.
RESQUICIOS.
El exconsejero del INE Marco Baños nos dijo que el domingo Morena “no violó la ley”. El problema se va a venir cuando se empiece a hacer abierto proselitismo para tratar de ser la “corcholata” de ysq, en ese momento vendrán las grandes dificultades legales, esto va para Morena y para la oposición.