En la mañanera de ayer lunes, justo al iniciar su último año de gobierno, el presidente López Obrador lanzó una inaudita declaración que me dejó atónita.
Aseguró haber cumplido con todos los compromisos que hizo al inicio de su Gobierno e incluso dijo que ya cumplió con más obligaciones de las prometidas.
“Yo hice 100 compromisos y solamente me queda uno, que es ese, el de Ayotzinapa. Pero además estoy haciendo muchísimas cosas más a las que no me comprometí y me siento muy orgulloso, me puedo ir tranquilo mañana”…
En cada proceso electoral, los candidatos suelen hacer promesas grandiosas, un hábito democrático común en todo el mundo. Algunos, incluso, al asumir el poder, optan por implementar el programa de un rival que no ganó el respaldo de los votantes. Por otro lado, existen aquellos que se esfuerzan por cumplir sus promesas y plasmarlas en un plan de gobierno concreto.
En la historia política de México, hemos experimentado una variedad de enfoques, pero en el pasado, a pesar de los errores del PRI y su estilo autoritario, México logró avanzar y se consideraba una nación en vías de desarrollo, incluso siendo admitida en la OCDE.
Sin embargo, en la actualidad, sería optimista decir que estamos estancados. Todo lo contrario, el retroceso democrático, institucional, tecnológico, científico, educativo y en salud es evidente.
Es decir, o las promesas han sido falsas o no han cristalizado y, en muchos aspectos, estamos viviendo un retroceso brutal.
Al analizar las promesas cumplidas de AMLO, hay que incluir su campaña contra las instituciones autónomas, ya sea eliminándolas o paralizándolas para impedir que cumplan sus funciones. Además, se apropió de los fideicomisos para financiar programas sociales y obras emblemáticas, proyectos centrales de su administración.
Otra promesa cumplida fue la cancelación del aeropuerto en Texcoco, a pesar de su avance y costos elevados, que para muchos rivalizan con el controvertido Fobaproa, el cual ha sido objeto de críticas constantes por parte de López Obrador debido a que las indemnizaciones serán financiadas con los impuestos de la población.
Por otro lado, entre las promesas incumplidas se encuentra la lucha contra la violencia a pesar de la creación de la Guardia Nacional, cuya ineficacia se ha hecho evidente dado que el número de homicidios ha superado la cifra registrada durante el gobierno de Calderón y Peña Nieto. A pesar de las estrategias basadas en “abrazos y no balazos”, el poderío del narco y delincuentes y la culpa atribuida al pasado, la inseguridad sigue afectando a todo el país.
La cancelación del Seguro Popular y la promesa de un sistema de salud al estilo danés han resultado en la degradación del sistema de salud, afectando principalmente a los más necesitados. Aún así, AMLO ha insistido con la promesa de proporcionar una atención médica similar a la de Dinamarca.
Además, la política energética inicial, con el pretexto de combatir el robo de combustibles, provocó una crisis de escasez sin resolver el problema, ya que el huachicol continúa. La falta de mantenimiento adecuado en las instalaciones de Pemex ha provocado numerosos accidentes. A pesar de los esfuerzos para evitar aumentos exagerados en los precios de la gasolina mediante subsidios, estos se han eliminado, y los consumidores siguen pagando precios más altos.
Finalmente, la educación también ha sido afectada por la administración actual, con reformas que han revertido las políticas anteriores en respuesta a las demandas del SNTE. La implementación de un nuevo sistema educativo, desde la educación básica hasta la superior, ha sido cuestionada tanto por su diseño como por su implementación apresurada, según expertos y padres de familia.
Tal vez, lo único que ha hecho bien este gobierno ha sido derrochar irresponsablemente al grado de que, en contra de lo que el presidente afirma, la deuda estatal ha aumentado, mientras que el crecimiento económico y el bienestar de las familias simplemente no avanzan.
AMLO es el generador por excelencia del enfrentamiento social, la destrucción, el odio, las envidias, la calumnia y el retroceso.