Un grupo humano se transforma en multitud manipulable cuando se vuelve sensible al carisma y no a la competencia, a la imagen y no a la idea, a la afirmación y no a la prueba, a la repetición y no a la argumentación, a la sugestión y no al razonamiento.
Jean François Revel
¿Me he mantenido inocente? Es fácil aducir que uno se mantiene al margen, a la orilla de los grandes pecados, esos inescondibles que se asoman debajo de la cama o no caben en el closet. Tocada a penas por la ola, duermo tranquila. Me dicen las pesadillas que me he salvado de milagro, la hoja que sigue prendida al árbol cuando las otras se han caído. Me tocó vivir en la cresta de lo hiperbólico, tan sólo una maestra, una que se engolosina soñando que escribe, vengo de una familia fugaz, mis hermanos no llegaron a los cincuenta ni mis padres a los ochenta. Producto de mis temores y delirios son las letras que artículo, los besos que profiero y los trabajos que incesante teje esta araña para seguir a flote. De mi consciencia colectiva, de mi impotencia de mi comodidad, sale el activismo literario que vierto en mis columnas. No pretendo ser una santa ni una heroína. Duermo tranquila, pero las noticias, las historias en streaming, me recuerdan que me he salvado de milagro. Te contaré el último rumor de las últimas pesadillas. Vivo el México violento, el mundo postpandemia, el arribo de la inteligencia generativa.
Drogas y zumbidos
Un zumbido sostenido corroe la mente de Richard Sackler. Parece ser que la alarma contra fuego se ha detonado en su enorme mansión de Beverly Hills, California. La mansión tiene una superficie de 2134 metros cuadrados (costo aproximado 25 millones de dólares). Obsesivo, Richard arranca una a una las alarmas de los cinco dormitorios, los siete baños, busca y rebusca en la sala de estar con chimenea. Las tunde con un palo una por una pero el zumbido sigue ahí, el corazón le late frenético en la opulenta cocina, su imagen espectral se refleja en el enorme ventanal del comedor. El sonido lo persigue en la oficina, persiste en la sala de cine, en la piscina infinita. ¿Será el murmullo de la culpa?
Sackler fue el presidente y el director de la junta de Purdue Pharma, la compañía farmacéutica que fabricó y comercializó el OxyContin, un analgésico opioide que se vendió como seguro y efectivo, pero resultó ser altamente adictivo y mortal. Sackler y su familia han sido demandados por miles de entidades gubernamentales, organizaciones sanitarias, grupos de consumidores y víctimas individuales que los acusan de ser responsables de la epidemia de opioides y de causar daños irreparables a la sociedad. En 2020, Purdue Pharma se declaró culpable de tres cargos federales y acordó pagar más de 8.000 millones de dólares en multas, restituciones y decomisos. En 2021, presentó un plan de reorganización en bancarrota que implicaba la disolución de la compañía y la creación de una nueva entidad sin fines de lucro dedicada a mitigar la crisis de los opioides. Los Sackler acordaron pagar 4.500 millones de dólares al fondo de reorganización a cambio de obtener inmunidad legal frente a futuras demandas civiles relacionadas con los opioides. Sin embargo, el plan fue impugnado por varios estados, organizaciones y víctimas que consideraron que el acuerdo era injusto e insuficiente para compensar el daño que no cesa. Hasta el momento la familia Sackler ha mantenido privilegios y libertad, la Corte Suprema de Estados Unidos escuchará nuevos argumentos en diciembre de 2023.
Socios delictivos
Mientras tanto, según la Organización Mundial de la Salud, en 2017 murieron por sobredosis de opioides aproximadamente 115 000 personas. Más del 70% de las muertes por consumo de drogas están relacionadas con los opioides, 30% específicamente causadas por sobredosis. Los opioides sintéticos, principalmente el fentanilo, causaron casi dos tercios (64%) de todas las muertes por sobredosis de drogas en el período de 12 meses que finalizó en abril de 2021, un 49% más que el año anterior. Tuve oportunidad de constatar esta tragedia ese mismo año, 2017 en ese país. Por las calles de Seattle miles de jeringas tiradas sin pudor, cientos de personas drogadas e inconscientes en los parques, evidencia de la tragedia creciente.
Tanto Estados Unidos como México sufren las consecuencias de la producción, el tráfico y el consumo de drogas ilícitas, especialmente los opioides sintéticos como el fentanilo, que son más potentes y peligrosos que la heroína o la morfina. Estados Unidos es el principal mercado de consumo de fentanilo y otras drogas sintéticas, que provienen principalmente de China y México. Según la DEA, en los últimos años se estableció una red entre carteles mexicanos y de China para elaborar la droga, que se envía después a Estados Unidos. Los carteles mexicanos obtienen grandes ganancias con el fentanilo, que es más barato y fácil de producir que la heroína. Un kilo de fentanilo cuesta 30,000 dólares y puede traer retornos de hasta 32 millones. En Estados Unidos, el gobierno ha declarado una emergencia nacional por la crisis de los opioides y ha tomado medidas para combatir el tráfico y el consumo de fentanilo y otras sustancias. Sin embargo, también ha habido críticas por la falta de regulación y control sobre la industria farmacéutica, que ha sido acusada de promover el uso indiscriminado y abusivo de opioides recetados, como el OxyContin, un medicamento fabricado por Purdue Pharma, propiedad de la familia Sackler.
Insomnio en Palacio
En México, la fallida estrategia de abrazos y no balazos nos regala miles de muertos, delincuencia e impunidad cotidiana. Podemos imaginar al Presidente trepado en la silla histórica de Palacio, inmueble histórico símbolo de nuestra nación y soberanía. Pido a la IA generativa que me calcule su valor y me arroja estos datos:
Según el portal inmobiliario Propiedades.com, el precio promedio del metro cuadrado en el Centro Histórico de la Ciudad de México es de 28 000 pesos. Si multiplicamos este precio por la superficie del Palacio Nacional, obtenemos un valor aproximado de 1 120 millones de pesos por el terreno. Sin embargo, este valor no incluye el valor histórico y artístico del Palacio Nacional. Para tener una idea, se podría comparar con otros edificios históricos que han sido vendidos o tasados en el mundo. Por ejemplo, el Palacio de Buckingham tiene un valor estimado de 5 000 millones de dólares. El Palacio del Elíseo, tiene un valor estimado de 1 200 millones de euros. El Palacio de Versalles, tiene un valor estimado de 50 000 millones de euros. Teniendo en cuenta estos ejemplos, se podría suponer que el valor histórico y artístico del Palacio Nacional es al menos comparable al del Palacio del Elíseo, si no superior. Por lo tanto, se podría estimar que el valor total del Palacio Nacional es de alrededor de 1 500 millones de dólares.
Pero volvamos a imaginar al Presidente deambulando por el Palacio que decidió habitar. Miles de zumbidos lo cuestionan, tal vez el mandatario encuentra rastros de sangre que lo llevan de una habitación a otra, tal vez entre sueños y pesadillas no puede callar las ilusiones rotas, la realidad que se interpuso entre tantas promesas.
Tal vez ya sea imposible acallar el zumbido. El 16 de agosto de 2023, el presidente de México se hizo el sordo, se le acabaron las historias que ocultan sangre, corrupción e ideales fallidos. La desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, ocurrida el 11 de este mes. La actitud del presidente causó indignación y críticas por parte de diversos sectores de la sociedad, que lo acusaron de burlarse de las víctimas y de no dar una respuesta adecuada a un tema tan doloroso y grave. El caso evidencia la vulnerabilidad de los jóvenes ante la violencia que azota al país, y el dolor que causa la pérdida de vidas inocentes. Una prueba de la tragedia humana que se vive en México por la desaparición forzada.
Cifras con nombre propio
El nombre y la historia de estos 5 jóvenes es la metonimia de 43 estudiantes; de 3,444 feminicidios con nombre y apellido; que son parte de las 13,000 mujeres asesinadas; a su vez se suman a los 121,655 homicidios ocurridos durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando se inició la guerra contra el narcotráfico. De la tasa de homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes se ha triplicado en el actual sexenio. De todas esas cifras más la de los 40.000 fallecidos por covid-19 o más, que colocan a México como el cuarto país con más muertes resultado de la infección.
En este sexenio tú y yo hemos perdido amigos, enredado en esa estadística está el nombre de mi padre y de mi hermano. No son cifras, son historias que aún hoy generan dolor como Roberto Olmeda, Diego Lara, Uriel Galván, Jaime Miranda y Dante Cedillo. Amigos de infancia, estudiantes o trabajadores de entre 19 y 22 años de edad. Que se reunieron en Mirador de la Santa Cruz, donde sólo quedaron restos de sangre de la fiesta que no fue. Como memorabilia hay fotografías y un video que muestra a los jóvenes torturados por un grupo armado. Sin detenidos ni responsables; tras las duras críticas y en acérrimo pleito por la sucesión presidencial, el mandatario mexicano asegura que no se hizo sordo, que se trató de una manipulación y una calumnia de sus adversarios, respuesta recurrente cada vez que el zumbido toca sus oídos.
Como dijo Jean François Revel, un grupo humano se transforma en multitud manipulable cuando se vuelve sensible al carisma y no a la competencia ¿No es eso lo que ha ocurrido en México? ¿No hemos dejado de pensar por nosotros mismos y de exigir responsabilidades a quienes nos gobiernan? ¿Qué nos queda por hacer ante esta situación? ¿Seguir siendo sordos e indiferentes? No son cifras, son vidas. No son historias, son tragedias. No son rumores, son verdades, y tal vez mañana nos unamos a las cifras que son apenas el zumbido molesto de hombres o mujeres en el poder.
En un país en franca guerra ya no hay inocente. Las debilidades humanas que nos llevan por el camino de ignorar el mal del grupo para privilegiar el beneficio inmediato individualista, como la ambición, la codicia, el egoísmo o la indiferencia, son el zumbido que nos va dejando sordos en un tiempo decisivo en que potentes herramientas como la inteligencia generativa que puede producir, manipular o sintetizar datos de manera y velocidad alucinantes, precisa de hombres y mujeres profundamente éticos y no de sordos que se acompasan con la melodía de sus desbordados deseos.
Autor
Maestra en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana y profesora del ITESM, campus Toluca
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