El gobierno de Joe Biden está buscando por convicción y deber resolver los muchos problemas internos en EU y para lo que se está valiendo de todo.
Estamos ante un político profesional y experimentado, es por ello que estamos teniendo muchos menos aspavientos que con Trump. Como sea, Biden ya está soltando las manos. Arremetió contra el presidente ruso por su presunta participación en las elecciones de EU, le dijo “asesino” lo que fue ocasión para que Vladimir Putin le respondiera “el que lo dice lo es”, así se llevan.
Biden está echando a andar una maquinaria que podría beneficiar indirectamente a nuestro país. Ya se abrió la negociación para enviarnos vacunas, no tanto por hacernos el favor, sino porque hacerlo es un asunto de seguridad nacional, a la vez que todo indica que en su acaparamiento le andan sobrando; la negociación incluye a Canadá.
La decisión no parece tener que ver con la solicitud que hizo López Obrador. Tiene que ver más con una coyuntura interna que lo está llevando a diseñar una estrategia de varias bandas, porque sabe bien lo que significa que mientras se vaya resolviendo en su país el coronavirus tiene un vecino con un gran problema; el riesgo está latente mientras México siga entre la espada y la pared y con aplicación de vacunas a cuentagotas.
EU no tiene amigos lo que tiene son intereses. Como decía Adolfo Aguilar Zinser “somos su patio trasero”, expresión que a muchos molestó e incluso indignó, pero hasta ahora nadie ha podido decir lo contrario.
Los problemas de México están llevando a que el gobierno de Joe Biden tenga que voltear hacia nuestro país quizás como pocas veces se ha hecho en las últimas décadas. Nos hemos convertido en una preocupación mayor que tiene al tema migratorio como su centro.
Biden debe saber que la reforma migratoria que está instrumentando, por fin alguien parece que lo está haciendo, resuelve parte del problema, pero en el corto plazo sigue teniendo un gran reto con los migrantes en la frontera con México que están solicitando su ingreso al país.
Algunas investigaciones llegan a registrar 100 mil migrantes, a lo que hay que sumar el delicado y grave problema que significa la llegada de menores sin padres o tutores.
EU ve venir un problema mayor, en tanto que México lo tiene desde hace tiempo en medio de una muy confusa estrategia. Con Trump el gobierno dejó que las cosas pasaran, a pesar de que arremetía día con día contra el país, a lo que se sumaba su obsesión por la construcción de un muro. Poco o nada se dijo desde el Gobierno mexicano y el Presidente, quien en sus tiempos de campaña aseguró que le iba a poner un alto al empresario ahora expresidente.
Ahora con Biden la estrategia es esperar una reforma migratoria que le puede quitar a México parte del problema multilateral. Cualquier solución debe contemplar lo que sucede en El Salvador, Honduras y Guatemala al menos.
Se propuso hace pocos años una ayuda a estos países para incentivar inversión, generar empleos y crear condiciones de vida distintas que inhiban la migración. Sin embargo, hasta ahora todo sigue igual en estos países, los cuales siguen esperando que algún día les llegue lo prometido por Trump y López Obrador, en ese orden.
El país se puede ver beneficiado por la aprobación en el Congreso de EU por el paquete económico propuesto por Biden, se empiezan a presentar algunos indicadores.
Al presidente de EU le andan preocupando temas que tienen que ver con nuestro país. Aparecemos en su agenda, pero no pensemos que por ello vamos a dejar de ser su patio trasero.
RESQUICIOS
Se está cumpliendo un año de que el país empezó a padecer los brutales efectos del coronavirus. Seguimos con la idea de que en un primer momento se minimizó la pandemia. El balance es hasta ahora desigual, lo cual se confirma con la aplicación de vacunas; muy probablemente hayan fallecido hasta ahora cerca de 500 mil personas con nombre y apellido.
Este artículo fue publicado en La Razón el 19 de marzo de 2021. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.