El resultado es malo. Apenas el 32% de las medicinas que necesita el gobierno fueron compradas. El resto, 68% tuvieron ofertas desiertas, es decir, los laboratorios que las venden al sector público no pudieron o quisieron bajar sus costos a los precios de referencia exigidos por el gobierno. Aquí hay dos explicaciones:
El gobierno puso un precio de referencia muy bajo, con la intención de tener un ahorro a como diera lugar respecto del sexenio anterior (en la industria se hablaba que hasta habían reducido en cerca del 8% los precios del año pasado, sin ni siquiera tomar en cuenta la inflación).
O la industria se resistió al cambio de nuevo modelo de venta al sector público, y los laboratorios, por si acaso, pusieron un precio mayor para solventar imprevistos que antes eran cubiertos por las distribuidoras.
Desde luego esta es la visión que trae la Oficialía Mayor de Hacienda, encargada del proceso de compra, donde
de seguro están pensando que sí hubo resistencias al cambio.
La solución será irse por adjudicaciones directas, lo cual va en contra de lo que se había pensado, pues las adjudicaciones directas suelen estar por encima de los precios obtenidos en una licitación, traen mayores costos, y además se corre el riesgo de comprarle a los “amigos” al no haber licitación. Es decir, las adjudicaciones directas pueden abrir el camino a la corrupción, que es precisamente lo que se intenta atacar.
OFICIALÍA MAYOR SE SENTARÁ CON LABORATORIOS
Aquí, la Oficial Mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro, quien ya conoció el proceso de compras consolidadas, con la ley de adquisiciones en mano, tratará de hacer lo siguiente: Sí ir a una adjudicación directa, pero negociando un mejor precio con los principales laboratorios que vendan las medicinas necesarias.
Buenrostro comenzará un proceso de diálogo con los laboratorios de Canifarma (innovadores), presidida por Rodrigo Puga, y Amelaf (genéricos nacionales), presidida por Arturo Morales. El objetivo, ver si de verdad es resistencia al cambio por parte de los laboratorios.
GOBIERNO MANTENDRÁ SEIS COMPRAS CLAVE
La Secretaría de Hacienda, a cargo de Carlos Urzúa, por la misma desconfianza y la fuga de dinero que había en varias secretarías buscó centralizar las principales compras en la Oficialía Mayor de Hacienda, ésta va a comprar seis rubros de todo el gobierno: 1. Medicamentos, 2. Combustible, 3. Papelería, 4. Limpieza, 5. Ambulancias, 6. Seguridad.
En este primer proceso de compra consolidada, las cosas salieron mal. Los laboratorios dicen que los precios de referencia exigidos por la Oficialía Mayor de Hacienda eran muy bajos y no salían sus costos.
La Oficialía tiene la noción de que sus investigaciones de mercado fueron acertadas y más bien los laboratorios ofertaron con sobreprecios por pensar que había un riesgo. Ahora, las autoridades se sentarán con los laboratorios. Y sí: las compras siguientes serían por adjudicación directa, e insisten, serán más baratas que las del año pasado.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 1 de julio de 2019, agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.