El insulto como estrategia electoral. O al menos eso es lo que piensan Donald Trump y su compañero de fórmula J. D. Vance cuando se refieren a Kamala Harris. Hace cuatro años, Jenna Ellis, asesora de campaña y abogada de Trump, escribió en la red social Twitter que la compañera de fórmula de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020, es decir, Kamala Harris, “sonaba como Marge Simpson.” Como es costumbre en la eterna e icónica serie animada de Los Simpson, hubo una respuesta de la mismísima Marge Simpson, quien señaló “Normalmente no me meto en política, pero la asesora del presidente, Jenna Ellis, acaba de decir que Kamala Harris suena como yo. [Mi hija] Lisa cree que no lo dijo como un cumplido. Como una suburbana ama de casa común y corriente sentí que se me falta al respeto. Enseño a mis hijos a no insultar… Jenna.” Enseguida se puede escuchar que Marge añade en voz baja fuera de cuadro “Iba a decir que estoy muy encab… pero temo que me censurarían.”
En 2021, J. D. Vance, en ese entonces candidato al Senado en EEUU declaró a la cadena Fox News en una entrevista con el periodista Tucker Carlson, que lamentaba que el país estuviera dirigido por “un montón de señoras con gatos y sin hijos que se sienten miserables por su propia vida y las decisiones que han tomado” en abierta referencia a la ya en ese momento vicepresidenta de Estados Unidos. Poco le faltó a Vance para que se refiriera a Kamala Harris como “la loca de los gatos”, ese personaje de la icónica serie de Los Simpson que habita en solitario en una casa donde convive con decenas de gatos y que arroja a todas las personas que llaman a su puerta o la visitan. En sucesivas apariciones ante medios, Vance ha señalado que el declive de las tasas de natalidad de los WASP –white, anglo-saxon, protestant- constituyen una “crisis civilizatoria” para Estados Unidos y que las personas sin hijos deberían pagar más impuestos y se les deberían limitar sus derechos políticos, por ejemplo, para votar y ser votadas. No sobra decir que sus comentarios arrancaron la ira de muchas personas en Estados Unidos, pero en sí, ello refleja la profunda polarización política imperante en el país de las barras y las estrellas y ratifica que Vance representa a una de las alas más conservadoras del partido republicano.
Lo que Vance no dijo -tramposamente- es que Harris está casada desde hace 10 años con Douglas Emhoff, quien tiene dos hijos, Cole -nacido en 1994- y Ella -quien nació en 1999. Tanto Cole como Ella, son hijos del primer matrimonio de Douglas con la productora de Hollywood Kerstin Emhoff, de quien se divorció en 2008. Para el momento en que Harris contrajo nupcias con Douglas, los hijos de éste tenían 20 y 15 años, respectivamente. Ambos se han referido a Kamala Harris como una madrastra amorosa y comprensiva. De manera que los dichos de Vance han estado encaminados a defenestrar a Harris con una argumentación efpimera y pese a que sus dichos datan de 2021, hoy toman nuevamente relevancia. Incluso Kerstin Emhoff ha dicho que Harries ha apoyado siempre a Cole y Ella, deplorando los dichos de Vance.
Lo que expresó Vance de todas maneras es preocupante. ¿El no tener hijos biológicos o contar con perros o gatos como animales de compañía convierte a las personas en seres malignos o despreciables? ¿Qué tendría que decir Vance acerca del presidente de Argentina, Javier Milei -quien se ha reunido con Trump y a quien ha alabado en múltiples ocasiones- y que no tiene hijos, aunque sí posee varios mastines a quienes trata como perrhijos? Bueno, el caso de Milei será analizado en otra oportunidad, pero se sabe que el polémico presidente argentino tuvo un perro a quien quería mucho, Conan, quien murió en 2017 y optó por clonarlo en una clínica de Estados Unidos. Como resultado de ello, nacieron cinco cachorros a quienes Milei dio los nombres de conocidos economistas liberales a quienes dice admirar. No sólo eso: Milei afirma tener una conexión espiritual con Conan y comunicarse con él gracias a una médium -función que ha desempeñado la hermana de Milei, quien se preparó para fungir como tal en aras de ayudar a Javier, visiblemente afectado por la muerte de su lomito más querido.
¿Tener perritos o gatitos o alguna otra especie como animal de compañía importa en las altas esferas políticas? Todo parece indicar que sí. De nuevo hay que mirar a Javier Milei. En una cena ofrecida al magnate Elon Musk, el tema del declive demográfico en el mundo emergió como una preocupación común. Javier Milei, como líder libertario habló frente a Musk del derecho a la vida y éste preguntó en tono juguetón: “y en casa ¿cómo andamos?” Milei le respondió: “tengo cinco hijos.” Y Musk replicó “los de cuatro patas no cuentan.” De manera más reciente, ante las acusaciones por violencia doméstica que pesan sobre el expresidente Alberto Fernández en contra de su ex pareja Fabiola Yáñez, Milei le ha ofrecido que si va a parar a prisión, puede cuidar de Dylan, el perro con quien Fernández ha figurado en tantas ocasiones incluso desde que era candidato a la primera magistratura argentina.
A propósito de la relación de las figuras políticas con los animales no humanos, Kamala Harris no solo es la primera mujer afrodescendiente y con raíces asiáticas en aspirar a la presidencia estadunidense, sino que además tiene un amplio registro en el apoyo a legislaciones para el bienestar animal. Así, en 2020 impulsó y logró la aprobación del Acta para la Seguridad y la Integridad de las carreras de Caballos -mediante la que se prohíbe drogar a los equinos durante las competencias ecuestres -práctica muy difundida para forzar a un mayor rendimiento de los cuadrúpedos-; además del Acta sobre la Seguridad de los Felinos Grandes en 2022 -en la que se prohíbe la tenencia de grandes felinos en hogares, universidades, exhibiciones y otros eventos públicos. Asimismo, ha promovido el Acta EATS, mediante la que se busca restringir en los estados de la Unión Americana la venta de productos y derivados de origen animal que no se hayan producido conforme a estándares de bienestar animal. En 2018, cuando contendió por un escaño para el Senado por California, Harris se manifestó por impulsar leyes que prohibieran la alimentación forzosa de patos y gansos; que restrinjan la crianza de tiburones para cortar sus aletas; y para que las tiendas en California vendan únicamente huevos de gallinas que o bien se encuentren en espacios amplios o en jaulas que les permitan libertad de movimiento. Asimismo, impulsó el financiamiento a nivel federal para programas encaminados a apoyar a veteranos y ex combatientes con estrés postraumático a fin de que puedan contar con perros entrenados para acompañarlos o bien para apoyar a aquellos con discapacidades. No parece que ni Trump ni Vance puedan igualar las políticas de bienestar animal de Harris.
Trump, por cierto, es el único presidente en la historia de Estados Unidos, en no haber tenido un perro -u otro animal de compañía- en la Casa Blanca. Lo que es más: el anciano republicano se ha referido de manera despectiva a diversos adversarios políticos a quienes llama “perros.” El colmo fue el debate del pasado martes 10 de septiembre entre Kamala Harris y Donald Trump, cuando éste último, apoyado en su retórica de noticias falsas, reviró contra los migrantes indocumentados y el supuesto apoyo que los demócratas les prodigan para señalar que en Springfield. Ohio -sí, Springfield- los migrantes se comían a los perros y los gatos de los residentes. Ello no solo produjo carcajadas de parte de Harris -y de varias personas en el estudio donde se llevó a cabo el debate- sino que llevó a que uno de los moderadores le recordara a Trump que las autoridades de Springfield habían desmentido esa noticia. De nuevo, los golpes bajos de la dupla Trump-Vance, esta vez atacando las políticas de bienestar animal de Kamala Harris, resultaron en un balazo en los pies de los republicanos.
Como nota final y siguiendo con las predicciones de Los Simpson, habría que preguntar a los guionistas de la serie si Kamala Harris será la próxima presidenta de Estados Unidos. Como se recordará, ellos pronosticaron el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca. En el 17º episodio de la 11 temporada de la exitosa serie que se llama “Bart al futuro” transmitido por primera vez el 19 de marzo del año 2000 en Estados Unidos, Lisa Simpson sucede a Donald Trump en la presidencia estadunidense. Tal parece entonces que de la ficción a la realidad sólo hay un paso. Como se recordará, cuando juró como vicepresidenta en 2021, Kamala Harris vistió de la misma forma que lo hizo Lisa Simpson cuando se convirtió en presidenta del vecino país del norte. ¿Qué tanta realidad hay en la ficción del mundo Simpson? Ya se verá el próximo 5 de noviembre. Por lo pronto Taylor Swift dice que votará por Kamala Harris y para muestra manifestó ese apoyo cargando a un gatito, para subrayar que no hay nada malo en tener lomitos o felinos en el hogar.