https://naavagreen.com/wp-includes/fonts/depo-25-bonus-25/

https://beccopizza.com/wp-includes/depo25-bonus25/

https://samouraimma.com/

Slot Qris

Slot Bet 100

sábado 21 diciembre 2024

Decadentes

por Jesús Ortega Martínez

El proceso de deterioro se presenta con determinados síntomas, a los que hay que atender de manera pronta y eficaz, so riesgo de que aumenten los desórdenes, trastornos y las perturbaciones que hagan inevitable la presencia de la franca decadencia que anuncia, sin remedio, el final del régimen.

Así les ha sucedido, en la historia de las sociedades humanas, a los regímenes políticos que fenecen de manera estrepitosa y con estertores de gran violencia; hay otros que lo hacen con menos ruido, con más reserva, aunque el final es el mismo. De los primeros: el régimen absolutista monárquico, en la Francia del siglo XVIII, que se desplomó con tal estruendo que su eco tuvo repercusiones militares, políticas y económicas en toda Europa, en América y en muchas otras regiones del mundo; o la caída del régimen despótico de los zares, que derivó en una revolución mundial que modificó las relaciones económicas y políticas del orbe durante casi un siglo.

Estas alteraciones estructurales en los sistemas políticos y económicos pueden avanzar de manera lenta, sigilosa, imperceptible, pero van, implacablemente, minando al cuerpo social y al mismo Estado. Hay momentos en donde los desórdenes reflejan ya una sintomatología de decadencia que debiera poner en alerta al sistema. Pero no sucede así, pues la ceguera que provoca la arrogancia no los ve y cuando alcanza a percibirles les ubica, frecuentemente, como eventos casuales, momentáneos, simples molestias que, pasando un tiempo —suponen—, desaparecerán tal y como llegaron.

El desdén domina a las clases políticas dirigentes y no alcanzan a comprender que lo que ellos ven como algo pasajero, el resto de la población lo percibe como los signos de su decadencia.

Es signo de decadencia, por ejemplo, que la terrible violencia que desangra al país sea vista por el gobierno con pasmosa indiferencia o sólo como efecto de las disputas entre los cárteles de la droga; es signo de decadencia que el gobierno busque disminuir la pobreza modificando los criterios de su medición.

Es signo de decadencia que a la clase política dirigente no le perturbe, siquiera, el megafraude en el cual se involucró hasta a las universidades públicas del país; es decadente que no les conmueva el desenfreno de la corrupción que invade a todo el cuerpo social; que la desigualdad social sea tan enorme, al extremo de que la riqueza que acumulan menos de diez personas (las más ricas del país), sea más grande que el ingreso anual de más de la mitad de la población total más pobre del país.

Es signo de decadencia del régimen que prominentes líderes del Congreso federal y representantes del oficialismo puedan —con asombrosa indolencia, con cinismo grosero— utilizar helicópteros de la Fuerza Aérea para trasladarse al campo de golf.

Se incendia el país y algunos dirigentes políticos y otros prominentes empresarios privados continúan, circunspectos, tocando el arpa, adquiriendo, ilícitamente, más propiedades con dinero exclusivamente reservado para el beneficio público.

Las insurrecciones populares tienen muchas causas, tales como la desigualdad, la pobreza, la incapacidad en los gobiernos, el autoritarismo, etcétera, etcétera. Pero junto con algunas de estas causas, lo que más alienta la sublevación popular es el abuso, el escarnio, el engaño del que son víctimas las personas, los grupos sociales, las sociedades en conjunto.

Indigna la pobreza que padece la mayoría de la población, pero aparte de indignar, irrita que los poderosos, exhibiendo los signos de su decadencia, se burlen, abusen, ninguneen a la gente.

El Frente Ciudadano por México debe alejarse de esos símbolos que caracterizan el final del ancien régime. Sus acciones, las del FCM, deben ser, sustantivamente, consecuentes en el rechazo a la corrupción, al despilfarro y a la frivolidad.

El Frente será una ilusión si sus dirigentes reproducen los actos decadentes del ancien régime.


Este artículo fue publicado en El Excélsior el 17 de octubre de 2017, agradecemos a Jesús Ortega Martínez su autorización para publicarlo en nuestra página.

También te puede interesar

betvisa

jeetbuzz

jeetbuzz

jeetbuzz

winbuzz

winbuzz

daman game