El método de preselección de cualquier candidato se convierte en un hito crucial en el eventual proceso electoral. Cada vez son más los partidos políticos en el mundo que optan por organizar sus procesos internos mediante primarias que involucran directamente a los ciudadanos.
El método presentado por los partidos políticos de oposición es inédito en nuestro país. Podrá ser perfectible o generar dudas sobre su implementación, pero lo cierto es que jamás hemos visto una elección primaria organizada por ciudadanos para una coalición de partidos políticos.
Quizá no es el método ideal, pero si fue el método posible. Fueron semanas de negociación entre partidos y organizaciones civiles.
Partidos y organizaciones, juntos, hacen una convocatoria abierta a toda persona que quiera competir o simplemente participar como votante. La organización y la vigilancia del proceso correrán a cargo de ciudadanos sin partido y de especialistas en asuntos políticos-electorales.
No sólo se fomenta la transparencia y la participación ciudadana, este tipo de procesos también tienen un impacto positivo en el electorado final, al brindarles una voz activa en la toma de decisiones públicas.
El uso de primarias ciudadanas, es una práctica que ha demostrado tener éxito con el electorado final en diversos países. Destacan ejemplos exitosos como los de Sudáfrica, Francia y Chile.
Aunque cerradas a votación directa de sus militantes, en México tenemos tres experiencias de elecciones primarias: la interna del PRI en el 2000, y las del PAN en 2006 y 2012.
En esta ocasión, la coalición opositora integrará un padrón de votantes, registrando previamente a los ciudadanos interesados en participar.
El riesgo de que grupos clientelares, estructuras partidistas o el mismo gobierno intervenga en el proceso con el fin de influir en el resultado de la elección, siempre estará latente. Lo evidente, para votar, será requisito indispensable contar con credencial de elector vigente. No se permitirá participar en el proceso a militantes de morena, del partido verde y del PT; se hará un cotejo del padrón de militantes de estos partidos con la base de datos de votantes de la elección primaria.
Habrá un proceso de depuración de contendientes a través de estudios de opinión, no sin antes escucharlos a través de foros de expresión.
Así, quedarán tres finalistas que entrarán a un esquema de seis debates regionales para que den a conocer su visión y sus propuestas.
Adicionalmente, para determinar a la persona ganadora del proceso, se llevará a cabo otra encuesta. Así, se logra complementar el ejercicio de participación ciudadana con criterios de competitividad electoral.
Medir la popularidad del aspirante entre los simpatizantes de la coalición, no basta; además debe garantizarse que el perfil sea rentable con el electorado final, el que define en última instancia.
La evidente precipitación de los tiempos de precampaña, impulsada desde Palacio Nacional con su ‘duelo de corcholatas’, ha generado mucha polémica en torno a la legalidad de los dos procesos de selección que se realizan las fuerzas políticas en este momento.
Morena y sus aliados, elegirán a un ‘Coordinador de comités de defensa de la Cuarta Transformación de la vida pública del país’, figura que NO existe ni en su organigrama, ni en sus estatutos, ni en algún ordenamiento legal.
La oposición optó por un ‘atajo’. Definirá al responsable de la construcción de un FRENTE, figura que SÍ existe legalmente, y que tiene su fundamento en la Ley General de Partidos Políticos. El frente se registrará oficialmente ante el INE como: FRENTE AMPLIO POR MÉXICO.
Dicen que ‘el diablo está en los detalles’, y la elección primaria opositora es un detalle de la mayor relevancia. La historia no miente.
Para la elección presidencial del 2006, parecía que habría una elección de un sólo competidor: Andrés Manuel López Obrador. Absolutamente todas las encuestas lo daban por ganador, la diferencia parecía inalcanzable, de 15 a 20 puntos de ventaja en el mejor de los casos.
El PAN llevó a cabo una elección primaria ejemplar, con un esquema muy similar al del Frente opositor en este momento. Participaron Alberto Cardenas, Santiago Creel y Felipe Calderón. Hubo debates regionales, plena libertad para expresarse y una campaña limpia. El resultado fue sorprendente: la contienda presidencial constitucional inició en empate técnico entre Calderón y López Obrador.
El método de selección del abanderado opositor, puede reanimar a la ciudadanía y cambiar la historia de la contienda presidencial del 2024.
Por lo pronto, ya sucedió lo impensable: Se le ha arrebatado el control de la agenda pública al Presidente y los suyos.
Han sido días complicados en Palacio Nacional, y al parecer, tendrán que preparase para sortear muchos mas, esto apenas empieza.