El metaverso es un mundo paralelo virtual en donde no existen limitaciones físicas o económicas. Es una figura retórica de la realidad, una metáfora; es una experiencia inmersiva y multisensorial. El término aparentemente se utilizó por primera vez en la novela de ciencia ficción “Snow Crash”, escrita por Neal Stephenson. El metaverso o metauniverso es un entorno en donde las personas interactúan social y económicamente por medio de avatares en el ciberespacio.
La idea que expuso AMLO en la ONU solo puede tener éxito en un mundo imaginario. Pensar que la pobreza mundial se puede acabar convenciendo a las personas, corporaciones y países más ricos de donar parte de su patrimonio es, por decir lo menos, simplista e ingenua.
La realidad es que la única forma de disminuir consistentemente los niveles de pobreza es multiplicando las oportunidades; los gobiernos tienen que generar las condiciones necesarias para que las personas puedan desarrollar sus potencialidades al máximo y lograr con su propio esfuerzo salir adelante; el trabajo dignifica a los seres humanos.
La pobreza no se puede eliminar repartiendo apoyos permanentes que generan dependencia, merman la voluntad y restan libertad. Claro que se debe ayudar subsidiariamente a la población vulnerable, por el tiempo y en la medida necesaria, pero lo más importante es asegurar piso parejo e igualdad de oportunidades, garantizando acceso a buenos servicios de salud y una educación de calidad que brinde competencias y habilidades para ganarse la vida. Lo fundamental es que cada vez más personas puedan generar valor con su creatividad y trabajo, aumentando su calidad de vida.
Los países pobres y en vías de desarrollo tienen que replicar lo que están haciendo bien los países ricos y avanzados. Según el Banco Mundial, en los últimos 30 años más de mil millones de personas han salido de la pobreza extrema; la mayoría de estas personas viven en países que han cambiado su modelo económico hacia una economía más libre; a mayor libertad económica, mayor prosperidad de la población.
Por eso es tan importante consolidar en México una verdadera economía de libre mercado que nos conduzca a un desarrollo sostenible e inclusivo. Es prioritario respetar el derecho a la propiedad privada y que exista libre competencia en todos los mercados. El gobierno debe garantizar la seguridad física y patrimonial de los ciudadanos y brindar certidumbre jurídica a la inversión.
La reciente propuesta de reforma eléctrica, en donde se asegura que se obtendrá energía suficiente, limpia y más barata, al limitar la inversión y evitar la competencia privada, solo puede funcionar en un mundo paralelo, en una realidad virtual con otros datos; porque de llevarse a cabo en el mundo real, solo ocasionará escasez, desabasto, contaminación y precios más altos.
Lo que urge es que el Presidente de la República deje de soñar en acabar con la pobreza en el mundo y ponga los pies en la tierra. México tiene grandes retos y oportunidades hacia el futuro y es impostergable reconocer la realidad y afrontarlos. AMLO debe reconstruir la confianza perdida con un discurso conciliador, que una en lugar de dividir, que no polarice; tiene que propiciar un entorno de paz, seguridad y tranquilidad.
Claro que los impuestos deben ser progresivos y el gobierno tiene que invertir en infraestructura, educación y salud para permitir la movilidad social. También hay que facilitar la formalidad, incentivar la innovación y apoyar el emprendimiento, solo así aumentaremos la productividad de la economía y lograremos una creación exponencial de empleos formales bien remunerados, que son la base para el desarrollo inclusivo.
Multipliquemos las oportunidades, posibilitemos que las personas puedan adquirir competencias y habilidades, desarrollando al máximo su creatividad y potencialidades. Consolidemos un modelo de economía de libre mercado que nos conduzca a un desarrollo sostenible e inclusivo.
Por lo pronto, mi avatar en el metaverso será una combinación de Elon Musk y Steve Jobs. ¿El de ustedes?
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