Fue clara, entendible, la explicación que dio el Presidente sobre el aumento al precio de la gasolina: un resumen de lo que argumenta desde hace 11 días el secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Pero ¿no pudo el Presidente dar esa explicación antes?
Parecieran no existir consideraciones de ningún otro tipo para que el Presidente dejase transcurrir los 11 días que vienen desde el anuncio del incremento: 11 días en los que el país se colocó al borde de un estallido social generalizado a causa de esa medida.
El precio artificialmente bajo de la gasolina que se mantuvo hasta ahora en el país para evitar costos políticos, fue posible porque la producción de petróleo no sólo era más alta, sino que se vendió a los precios más caros de la historia, por lo que los gobiernos tenían dinero excedente.
Por ejemplo, en el sexenio de Felipe Calderón (2006-12) se perdió un millón de millones de pesos subsidiando la gasolina para no asumir el costo social de incrementar el precio. Como dijo anoche el Presidente, “fue dinero que se quemó regalando gasolina”.
Si el Presidente en persona hubiese argumentado antes lo de anoche, por supuesto que no lo habrían entendido quienes se sabe que no tienen disposición para entender, sobre todo a un Presidente a quien el contexto en que gobierna le resulta poco fértil para la popularidad: apenas 25 por ciento.
Sin embargo, lo habría comprendido, sin gustarle necesariamente, una mayoría de la población que es sensata. Las protestas serían políticas y se habrían abierto menos espacios para el pillaje y el escenario de desestabilización social registrado en los últimos cinco días.
De manera que resultó no sólo pésimo, sino sensiblemente peligroso para la seguridad nacional, el nulo cálculo de la reacción que generaría en la sociedad el nuevo gasolinazo: no había un plan de acción, el gobierno actuó con indiferencia.
Es de esperar que la diáfana explicación del Presidente (junto con la comprobación de que Trump sí cumple sus amenazas) atempere las emociones sociales y políticas en el país y que, si no se llega a la urgente unidad nacional, al menos sí se entienda que estamos en problemas.
Que si algo nos salvará en el futuro será la Reforma Energética, de la cual los oportunistas que antes criticaron el TLC hoy culpan, sin argumentos, por el aumento de precios de la gasolina, que se debe justo a que en 2016 el precio del petróleo aumentó 60 por ciento en el planeta.
Y México trae de afuera más de la mitad de la gasolina que consume. No nos alcanza con la que fabricamos. Es cierto que es un aumento que viene del exterior.
Caray, pero eso el Presidente pudo explicarlo antes.