Nadie puede ni debe ser “Juez y Parte” de la misma causa.
El Oficialismo en realidad no pretende una Reforma Electoral como tal, la iniciativa por donde se le vea, es una Reforma Política, en donde el actual INE, estorba a su proyecto político.
“AMLO plantea desaparición del INE, y que el Poder Judicial absorba temas electorales” Lo anterior lo declaró el presidente a varios medios de comunicación, entre ellos la revista FORBES, que lo colocó en su portada del 29 de abril del 2021. Quizá por la enorme presión y muestras de descontento a este respecto, tanto de la ciudadanía, así como de muchas organizaciones civiles en todo el país, es que se retractó, declarando apenas hace unos días, dos años después, en reciente conferencia mañanera que: “La reforma electoral propuesta no pretende la desaparición del Instituto Nacional Electoral (INE) ni del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), sino eliminar el control del conservadurismo”.
Lo cierto es que la iniciativa presidencial, propone “que todos los inmuebles y fideicomisos del Instituto Nacional Electoral (INE) pasen a manos del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep), y posteriormente que “Los recursos humanos, materiales y presupuestales con que cuenta el INE, incluyendo todos sus bienes y los derechos derivados de fondos o fideicomisos, pasarán a formar parte del INEC”.
Si esta iniciativa no trata de desaparecer al INE, ya no sé lo que significa la palabra desaparecer, a menos que la palabra transformar se convierta en su sinónimo.
Formando parte importante de la iniciativa de esta Reforma Electoral, está la elección de 4 nuevos consejeros para sustituir a los que terminan con esta función el 3 de abril del 2023, junto con la disminución de 11 consejeros en la actualidad, a solo 7 a partir de que la Reforma se lleve a cabo en su caso.
Ahora bien, para la elección de estos nuevos 4 consejeros electorales, se comenzará con la propuesta de 20 “intachables” personas que hará el propio Presidente, 20 más que haría el Poder Legislativo, y 20 más, que propondría el Poder Judicial, para sumar a 60 candidatos para esos 4 lugares a consejeros.
No hay que pensarle mucho para entender, que de esos 60 candidatos, la gran mayoría le quedarán a “deber” el puesto, a las personas que representen a los poderes que los propongan, en esta fantástica división de poderes que tenemos en México, es decir, a los presidentes del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial. ¿Podremos confiar en que sus decisiones serán autónomas y libres de presión alguna? Yo no confiaría. Pienso que sin tanto tecnicismo, de lo que se trata es desaparecer al INE, a la vez de controlarlo.
En el otro extremo, tenemos a un INE que nos dicen resulta caro, con un presupuesto anual de 14 MMDP, que además ha sido acusado de diversos fraudes. Un Instituto que dice morena y sus detractores en el Gobierno actual, que no sirve, que son tramposos y que se ha convertido en “personal” de los poderosos de México.
Esto son acusaciones graves, que suponen una serie de delitos igualmente graves, sin embargo, y a pesar de que seguramente habrá denuncias presentadas, no he conocido de ninguna sentencia al respecto, lo que inevitablemente me recuerda a las acusaciones contra los ex presidentes, diversos funcionarios, obras públicas como el NAIM, etc., de las que solo se les acusa, pero no se presentan pruebas.
Hoy el INE es innegable que representa a una de las Instituciones más consolidadas de México. Según encuesta de Reforma antes de las elecciones del 2021, el INE contaba con el 68% de aprobación ciudadana, 10 % más que la del propio presidente en aquel momento.
Confío mucho más en mis vecinos y en los miles de ciudadanos que se preparan con emoción, para contar votos, ser representantes de casillas y en las diversas funciones ciudadanas que tienen para el INE. Ese es un verdadero ejército de ciudadanos.
Todo es perfectible, y el INE no es la excepción. Claro que puede mejorarse, y en eso es en lo que debiera de consistir la Reforma, sin embargo, desde mi punto de vista, no son los tiempos, ya que no son oportunos ni convenientes.
Considero que cualquier cambio o reforma que se quisiera hacer al INE, no debe venir en ningún caso, de una propuesta presidencial sin observar el punto de vista y participación de la ciudadanía, es decir, no puede ser una propuesta política, ni mucho menos, venir de la interpretación de funcionarios de gobierno en el sentido de que “esto es lo que quiere o necesita la ciudadanía”. Estamos llenos de ejemplos en nuestra historia, de las muchos miles de desiciones equivocadas, que una a una han ido en detrimento de nuestro país, con el consabido dicho de que es lo mejor para México, encontrándonos con una realidad que no es la justa ni la merecida.
Finalmente, no se trata de retroceder y dejar al INE en lo que se era antes de su constitución, cuando eran los gobiernos en turno los que manejaban las elecciones a su antojo y conveniencia.
El INE debe ser autónomo en todo momento, y ser cercano como está establecido a la ciudadanía, alejado de la codicia de cualquier gobierno que pretenda, el absurdo despropósito de ser Juez y Parte.
