El sábado 20 de febrero se conmemoró el Día Mundial de la Justicia Social. Este año el tema de la jornada fue “Un llamamiento a la justicia social en la economía digital”, con el que se busca “fomentar el diálogo sobre las medidas necesarias para superar la brecha digital, ofrecer oportunidades de trabajo decente, y proteger los derechos humanos y laborales en la era moderna de las tecnologías digitales”, según anunció la Organización de las Naciones Unidas.
La economía digital ha transformado nuestra forma de trabajar, ahora más durante la pandemia, en donde el creciente uso de datos y su compartición, a través de plataformas digitales, exponenciadas durante nuestro confinamiento, han creado nuevas formas de trabajo. Asimismo se ha puesto de manifiesto la gran desigualdad con la que vivimos la brecha digital entre países desarrollados, contra los que se encuentran en vías de desarrollo, sobre todo en la disponibilidad y adopción de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Como muestra el siguiente gráfico, elaborado a partir de datos de la última edición del informe Digital Global Overview Report, el acceso a la Red en 2021 sigue sin darse de manera igualitaria en el mundo. La llamada “brecha digital” se da principalmente en África, donde el acceso mayoritario a la red apenas va despegando.
De acuerdo con las cifras recogidas en el informe, en enero de 2021 África Oriental ocupaba el primer lugar en cuanto a las regiones con la tasa de penetración de Internet más baja, con apenas el 24% de la población con acceso a Internet, mientras que África Central registraba un 26%. En el extremo opuesto se sitúan el Norte de Europa (96%), Europa Occidental (93%) y América del Norte (90%), las tres regiones con mayor tasa de penetración en línea del mundo.
Es por lo anterior que la ONU se une a la preocupación y a los esfuerzos de la comunidad internacional, para crear las bases del desarrollo universal de la conectividad, mediante la disminución de la brecha digital y ofrecer trabajo protegido por los derechos humanos y laborales en la era de la tecnología digital.
Se busca también la creación de políticas públicas que brinden condiciones de trabajo en un entorno digital que promueva el diálogo, y la coordinación nacional, regional e internacional, para garantizar normas laborales universales, que involucren e integren a la diversidad de ciudadanos a nivel global en maridaje con las empresas tecnológicas.
De logarlo, en mundo podrá finalmente compartir una economía digital, en donde el internet transforme nuestra forma de colaborar, en una globalización basada en redes digitales, infraestructura de comunicación para la producción y el consumo, como un medio facilitador del desarrollo.