La semana pasada, en este espacio, le comenté sobre la intención de una mayoría de los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para liberar de la regulación asimétrica al Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEPT), integrado, entre otras empresas de la familia Slim, por Telmex, Telnor y Telcel.
Su estrategia es fraccionar la preponderancia para analizar a conveniencia zonas geográficas o tipos de servicios en particular. De este modo, jugando con la definición del mercado relevante, lo pueden ampliar o reducir según convenga a los intereses del AEPT y, por supuesto, de los señores comisionados. Esta es la estrategia que ha usado el AEPT desde que el mercado de telecomunicaciones se abrió a la competencia en 1996 y, salvo honrosas excepciones, siempre ha logrado la anuencia de los funcionarios en turno.
Fraccionar la preponderancia es inconstitucional y atenta contra el mandato del IFT, pero también es una aberración económica cuando el AEPT detenta alrededor del 60% del sector telecomunicaciones en su conjunto. Así lo demuestra el documento elaborado por el doctor Andrés Aradillas-López, profesor e investigador en economía de la Universidad Estatal de Pensilvania, y que fue entregado al IFT durante el proceso de consulta pública sobre su intención de liberar al AEPT de la regulación asimétrica en los servicios de acceso indirecto al bucle (SAIB) en los municipios más rentables del país.
El estudio del doctor Aradillas exhibe desde la raíz la mala fe de algunos funcionarios. La intención de liberar al AEPT parte de un supuesto falso desde el origen: pretender que los municipios más ricos del país son mercados independientes y aislados de otras regiones y mercados, y que el hecho de soltarle las manos al preponderante no tendrá efecto alguno en el resto del país; del mismo modo, pretenden que el SAIB es un servicio aislado que no impacta en la provisión de otros servicios por parte de los competidores. Esta falacia es el único sustento del regalito que pretenden dar los señores comisionados.
En el estudio del doctor Aradillas se analiza a profundidad la interdependencia en la competencia entre mercados geográficos y distintos servicios. Le invito a leerlo en la página oficial del IFT. En conclusión, liberar al AEPT de la regulación asimétrica en los municipios más ricos del país tendrá como consecuencia un incremento en su porcentaje de participación en el sector telecomunicaciones, lo cual va en sentido contrario al mandato constitucional del IFT, que está obligado a desconcentrar el sector, no a concentrarlo más.
De acuerdo con información publicada por “Hoy en Telecomunicaciones”, el pleno del IFT, antes de revisar información técnica alguna, instruyó al Director General de Compartición de Infraestructura a presentar un proyecto de resolución que otorgue libertad al AEPT en 80 municipios y no en los 63 originalmente considerados en la consulta pública.
En este entorno, es imperativo que el IFT dé contestación fundada, motivada y pormenorizada a todos y cada uno de los comentarios que las empresas, cámaras, asociaciones y profesionistas interesados en la consolidación de la competencia efectiva en el sector formulamos durante la consulta pública. Sé que rara vez lo hacen y que cuando lo hacen, cantinflean. Este asunto huele tan mal que por su propio interés, deben explicar a detalle y de manera lógica las razones de su decisión y desvirtuar los sólidos argumentos que se han vertido en contra de la liberación regulatoria del AEPT.
Panaut: en la Deep Web se están comercializando los datos personales y biométricos de más de 90 millones de ciudadanos mexicanos que le fueron confiados al Instituto Nacional Electoral. ¿De verdad alguien puede creer que el Panaut se creó para combatir al crimen?
Este artículo fue publicado en El Economista el 21 de julio de 2021. Agradecemos a Gerardo Soria su autorización para publicarlo en nuestra página.