“En qué momento los periodistas se convierten en noticia”, le pregunta Gabriel Bauducco a Carmen Aristegui durante una charla que ambos tuvieron para The Guilty Code. La periodista responde que los periodistas se convierten en noticia cuando sufren algún tipo de agresión o cuando un grupo de periodistas de la radio o la televisión o alguien que se dedique a las noticias es censurado, “y creo que nos ha tocado vivir algo por el estilo”, apuntala. Dice que eso es una agresión a la sociedad y que los periodistas no debieran ser noticia sino que, desde la barrera, teóricamente debieran narrar los acontecimientos. Luego se remonta a su salida de la XEW que ella consideró también como una confabulación en su contra hasta arribar a su actual conflicto con la misma fórmula: es la lucha contra la censura, según ella, y “los dueños de los micrófonos y los edificios” no entienden que esto es por la democracia y la libertad de expresión. En la entrevista no se aborda ni su sueldo en MVS ni que este se hubiera pagado fundamentalmente con los anuncios de las empresas de Carlos Slim durante los seis años que la periodista laboró ahí, en particular, que eso ocurriera mientras se discutió la ley federal de telecomunicaciones y radiodifusión.
Desde mi punto de vista: 1) Carmen Aristegui ha fraguado su imagen precisamente desde la óptica de ser ella el centro de la noticia, incluso sobre la noticia misma, y esa construcción va más allá de sus problemas con las empresas radiodifusoras; 2) Ese referente que ha construido de sí misma implica que ella no ve los sucesos desde la barrera y menos los narra así, como si fuera ajena a ellos, al contrario, su protagonismo se enfoca en ser implacable con ciertos actores políticos y condescendiente con otros, es el periodismo de facción que, sin embargo, ella no reconoce. 3) Definitivamente no es lo mismo lo que a ella le pasó en la XEW con lo que ahora vive con MVS: en el primer caso fue la terminación de un contrato laboral que no se renovó porque los directivos de la estación (periodistas también ellos) y Aristegui tuvieron ópticas diametralmente distintas sobre el trabajo informativo y, en el segundo caso, sí hubo una terminación anticipada de contrato que está a punto de ser resuelta en las instancias legales. 4) Tengo la seguridad de que la libertad informativa no pende de un hilo en el país, vale decir, que ésta no se determina por las resoluciones que al respecto se tomen en los tribunales.