Al momento de escribir este texto siete estados del país han comunicado que no distribuirán los nuevos libros de texto gratuitos (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Yucatán, Nuevo León y Coahuila) porque han decidido defender la educación en México.
En resumen, estos gobiernos se niegan—afortunadamente— a repartir (en las primarias y secundarias nacionales) estos materiales plagados de “ventanas de oportunidad” —según el Sr. Arriaga— hasta que se dictaminen los amparos que han promovido distintas organizaciones sociales y gubernamentales para evitarlo. En eso estamos. Bien sabemos que estos pseudo apoyos pedagógicos, forman parte de lo que han dado en llamar en la 4T “la nueva escuela mexicana”, cualquier cosa que esto sea.
De cumplirse el objetivo del presidente y sus secuaces en cuanto a que estos materiales sean la norma pedagógica para niños y niñas, nos enfrentaremos muy pronto a la realidad de una generación varada en el analfabetismo funcional, problema que se ha venido arrastrando por años, pero que ahora se consolidaría.
Recordemos que, gracias a la lectura, escritura y conocimientos aritméticos básicos, el cerebro humano se vuelve más interactivo y complejo. Por lo tanto, padres y maestros debemos ocuparnos seriamente de la adquisición de estas herramientas fundamentales para el desarrollo integral de nuestros hijos.
Como bien nos explican las neurociencias, los conceptos matemáticos y la lectura y escritura implican una transformación neurofisiológica en el cerebro humano. Miles de millones de nuevas interacciones neuronales se logran por este aprendizaje. Esto es, nuestra capacidad de abstracción se potencia y desarrolla cuando entendemos y utilizamos letras y números.
Cuando comenzamos el aprendizaje del abecedario, al analizar la composición sonora y gráfica de las palabras, y cuando adquirimos los conceptos numéricos nuestra capacidad intelectual sufre una formidable transformación indispensable para seguir aprendiendo cada vez más y mejor. El proceso mismo ocasiona una modificación cerebral real que es decisiva para la consolidación de todas nuestras capacidades humanas.
Unas sólidas habilidades para la lectura y las matemáticas aprendidas en la edad escolar están asociadas con logros profesionales en la adultez. Diversas investigaciones en todo el mundo muestran que los individuos que durante la educación primaria mostraban una capacidad adecuada en lectura, escritura y matemáticas básicas consiguieron en su juventud y adultez ingresos más altos, mejores viviendas y puestos de trabajo que los que tuvieron problemas para la alfabetización.
El desprecio que López Obrador y sus lacayos (la Seño Lety, Marx Arriaga y sus “expertos” importados de regímenes dictatoriales) muestran por la ciencia y en general por el conocimiento universal se observa claramente en los materiales educativos que han elaborado en este sexenio. La nueva escuela mexicana es sencillamente un destilado de ignorancia, comunitarismo extraviado, estupidez y una condena a permanecer en la pobreza y a no poder superarla jamás. Quizá eso les conviene.