viernes 05 julio 2024

La trampa de Marcelo

por Ana Lucía Medina

Marcelo está padeciendo su fervorosa fidelidad al antidemoctrático proyecto de López Obrador. El problema es que no tiene escapatoria.

En días recientes, hemos sido testigos del pataleo de Marcelo Ebrard respecto al proceso de selección de la candidatura presidencial del régimen. Denuncia lo que miles de ciudadanos, algunos medios de comunicación y políticos de oposición hemos denunciado: La favorita del presidente López Obrador va como caballo de hacienda, montada en lo que ellos llaman Cuarta Transformación.

La descarada e ilegal campaña de Claudia Sheinbaum, hasta hace unos meses jefa de gobierno de la CDMX, consentida del Presidente López y favorecida con la operación de Estado ordenada desde Palacio Nacional, lleva más de un año. Marcelo calló —al menos públicamente— cuando en verano de 2022, la ciudadanía indignada, exigió la suspensión de la cínica campaña ultra adelantada de Sheinbaum. #EsClaudia, convertido en tendencia en redes sociales debido a la estrategia digital implementada desde el gobierno de la CDMX, era leído también hasta el cansancio en espectaculares, bardas y lonas por todo el territorio nacional. Meses atrás ya habíamos visto la sonrisa de la jefa de gobierno de la CDMX por todo el país, ¿el pretexto? La portada de la revista Mundo Ejecutivo. Entrevistas a modo, portadas de diversas publicaciones, conferencias sobre su modelo de gobierno a lo largo y ancho del país, hasta el anuncio de su boda por venir, han sido el pan nuestro de cada día.

Marcelo callaba al ver la estrategia de Claudia, la razón es muy clara, él también implementó una campaña desde la Cancillería. Fue el PRD el que lo denunció en reiteradas ocasiones ante las autoridades electorales por desvío de recursos e intervenir en los procesos electorales locales. La Comisión de Quejas del INE, le ordenó medidas cautelares para que sus subalternos, pusieran un alto a la campaña orquestada desde la Secretaría de Relaciones Exteriores. Pero Marcelo siguió apostando a su promoción personal, lo hizo hasta en el funeral de la Reina Isabel.

Queda claro que el ex canciller, se queja cuando los abusos rebasan, lo que a su consideración personal, son los límites tolerables.

Hoy, Marcelo pide equidad en la contienda morenista, el problema es que la ciudadanía lo ha visto desde hace mucho en las bardas, lonas y espectaculares ilegales de las ciudades y pueblos. El juego que él decidió jugar, lo atrapa en un laberinto sin salida. Nos quiere obligar a distinguir entre sus actos ilegales y los superiormente ilegales de Claudia Sheinbaum.

En días pasados, no le quedó más que salir ante la opinión pública a denunciar lo que todos conocemos como operación de Estado. Indignado y con micrófono en mano, relató que desde el gobierno y Morena, favorecen a Claudia Sheinbaum con “acarreos monumentales”, operación política y movilización a través de la Secretaría del Bienestar, encuestas falsas, campaña negra en su contra y de su familia y hasta amenazas a los ciudadanos con quitarles los apoyos si no votan por Sheinbaum. Además, aseveró que la ex jefa de gobierno, cuenta con el apoyo del actual gobierno de la CDMX, así como de otros gobiernos de los Estados y de municipios.

Marcelo sufre y sufre mucho. Por supuesto, todos esperaríamos que acudiera ante el INE a denunciar lo que le reclamó a su partido político, pero no fue así. ¿Será que el INE no es de su agrado? ¿A quién recurrirá después de que Morena, en voz de su ex amigo Mario Delgado, serenamente negó todo que denunció?

No está de más recordarle al ex canciller que tenemos autoridades electorales que pueden velar por sus derechos. El INE existe gracias a la defensa férrea de la ciudadanía y de los partidos políticos con vocación democrática, de haber desaparecido, como lo pretendía el partido en el que él milita, tal vez no habría a quien acudir.

Si la reforma a la legislación secundaria que él justificó, no hubiera sido detenida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el INE hubiera sido desmembrado y tal vez se vería obligado a asistir a las oficinas de la Secretaría del Bienestar—de todas sus confianzas— a presentar una queja después del que el INE se quedara sin oficinas y sin servicio profesional de carrera.

Recomendamos a Marcelo hacer uso de las instituciones del Estado que aún sobreviven y no defendió. Como lo dijimos el 26 de febrero en el Zócalo de la CDMX ante cientos de miles de ciudadanos, defendemos al INE, las libertades, los principios democráticos y el derecho a votar, para que todos, incluidos los que quieren destruirlos, gocen de ellos. La otra opción, es seguir atrapado en la trampa en la que él mismo se metió.

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