* Responsabilizado por infinidad de testimonios como el culpable del asesinato de dos líderes indígenas en el 2003, en Yahualica, Francisco Lanzagorta Hernández, ex jefe policial de ese municipio, contó en el 2006 con la protección de la vieja clase política para evadir la justicia, pero a 20 años de su felonía, ahora son sus actos de presunta corrupción en obras públicas mal realizadas los que, al parecer terminarán por condenarlo en una región que bañó de sangre y, paradójicamente, le enriqueció de manera indebida
pesar de haberse mantenido oculto en las sombras de la impunidad priísta por casi 20 años, el nombre de Francisco Lanzagorta Hernández resurge en la huasteca hidalguense trayendo a la memoria de los habitantes de la región, uno de los más denigrantes sucesos cometidos a la población indígenas del municipio de Yahualica donde en agosto del 2003, el hoy supuesto empresario honorable, mató a sangre fría a dos líderes sociales, siendo titular de Seguridad Pública de ese ayuntamiento.
Eran los tiempos de los gobiernos neoliberales donde la población indígena podía ser pisoteada en sus derechos y hasta asesinada a mansalva sin que no pasara nada, sobre todo si él o los agresores contaban con la protección de los políticos en turno, como fue el caso del compadre del artero homicida; nada menos que José Antonio García del Alba, entonces coordinador de los diputados locales en el Congreso de Hidalgo, quien lo protegió para que huyera por tres años hasta que en el 2006, la titular del Tribunal Superior de Justicia del Estado, ya en el gobierno de Miguel Ángel Osorio Chong, Carolina Viggiano, consintió que un juez de consigna como Ciro Juárez, exonerara de toda responsabilidad a Lanzagorta, a pesar del cúmulo de pruebas testimoniales y periciales.
Irregular situación jurídica que hasta la fecha es considerada una de las peores felonías cometidas en la historia de Hidalgo.
Pero, ¿cómo es que Lanzagorta vuelve a ser noticia y materia de diversos comentarios en las redes sociales?
Todo inició con una denuncia ciudadana por el mal estado de las obras de pavimentación realizadas en el bulevar López Mateos de la Colonia Aviación Civil de Huejutla. La obra cuyo costo fue de 6 millones 873 mil pesos 125 pesos, fue concluida el pasado mes de mayo, pero los defectos de su pésima calidad brotaron de inmediato, siendo percibidos por la población.
La obra de pavimento asfáltico, presentaba ondulaciones en la superficie y baches notables y deterioros prematuros, razón por la cual la Contraloría del Estado decidió enviar a personal especializado de su laboratorio a emitir un dictamen: las irregularidades no podían ser más evidentes pues de los 13 muestreos realizados siete no cumplieron con los 7 centímetros de espesor, pactado en el contrato. La pésima calidad de los materiales empleados eran tal que algunas muestras se desgranaban al contacto.
Y aunque en el papel el responsable era un contratista de nombre Alberto Márquez Hernández, quedó en evidencia que no se trataba más que de un prestanombres del ex homicida y prueba de ello fue que el propio Francisco Lanzagorta se colocó por sí mismo la soga al cuello, al sumarse sin ser invitado a la comitiva que supervisó los defectuosos trabajos.
En el recorrido estuvieron el ex alcalde José del Pilar López Espinosa (suplente del ex edil y ahora diputado federal, Daniel Andrade); el hasta hace unas semanas titular de la Dirección de Obras Públicas del ayuntamiento de Huejutla, Hidalgo Humberto Zurita; el contralor municipal, Carlos Rangel y un ciudadano común de nombre Francisco Lanzagorta Hernández.
El también empresario de la construcción y hasta líder sindical de la llamada Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), en el Estado, mantuvo en todo el recorrido una postura de hostigamiento y abiertas amenazas a los peritos, a quienes tomó abiertamente fotos de sus rostros, exigiéndoles sus nombres como una clara intimidación.
Hace cinco años, el violento sujeto fue denunciado en el 2019, en su carácter de supuesto líder sindical, por el empresario-constructor, Jaime Redondo Salinas, asentándose en la carpeta de investigación 05-2019-0435 los delitos cometidos por Lanzagorta por agresiones y amenazas de muerte contra Redondo.
Con su actitud porril, quedó claro para los habitantes de Huejutla, a los funcionarios municipales y personal de la Contraloría Estatal, que el verdadero afectado en sus interese con una investigación sobre las obras defectuosas obras no era otro sino Francisco Lanzagorta Hernández.
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