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Sí. Las mieles de La Colmena. La dulce cosecha de días de trabajo, de dedicación, de esfuerzo, de compromiso, de disciplina. Son 500 mujeres graduadas del Programa de Economía Solidaria que, en la ciudad conocida como la Cuna de la Bandera, marcó un parteaguas en materia de política pública, y que, a decir del presidente municipal de Iguala, David Gama, llegó para quedarse.

 

Hace 8 meses un hombre creyó en “la M de mujer”. Creyó de forma seria, asumiendo que las Igualtecas quieren una ciudad en la que la perspectiva de género sea transversal, en la que se puedan ejercer plenamente sus derechos como a vivir una vida libre de violencia, en la que se reconozca que su movilidad, la de las mujeres, no es lineal, porque no sólo vamos de la casa al trabajo o viceversa. Al contrario, dejamos a las y los niños en la escuela, trabajamos, los llevamos a sus actividades deportivas o culturales, compramos los víveres para el hogar, y un sinfín de más actividades. Un municipio que asume que casi un tercio de los hogares son encabezados por mujeres, que son el único sostén de sus familias, y que además hoy las mujeres requieren de escuelas de tiempo completo, comedores comunitarios, servicios eficientes de salud, estancias infantiles, y sobre todo EMPLEO… Por ello… La Colmena.

David Gama con quién he tenido el privilegio de colaborar a lo largo de esto este año entendió perfectamente que las mujeres no queremos dádivas, no deseamos limosnas; lo que queremos son oportunidades de trabajo, porque sabemos hacerlo, porque lo que más apreciamos es nuestra dignidad, porque QUEREMOS DAR UN GRITO DE AUTONOMÍA. 

De esta forma, el pasado 4 de noviembre 500 mujeres que durante semanas recibieron talleres en materia de repostería, bisutería, corte y confección, cultura de belleza, barbería y corte de cabello, cejas y pestañas, uñas y maquillaje, culminaron exitosamente sus procesos de preparación para ser poderosas, emprendedoras, autosuficientes y recibieron sus constancias con validez oficial y reconocimiento nacional, gracias a las gestiones realizadas por la ex senadora Diva Gastelum, ex presidenta de la Red de Mujeres Parlamentarias de las Américas. 

Hoy, el presidente Municipal David Gama subió ese gran escalón; pocos lo hacen en este nuestro gran México, al pensar en una estrategia que con visión que va mucho más allá de la mera coordinación, significa lo realmente en diseñar políticas públicas únicas. Derrumbó muros porque a él no le gusta acallar las voces de las mujeres, sino todo lo contrario.

Por ello, la manera de responder a esa confianza de que quienes tenemos el orgullo de ser parte de este proyecto (maestras, alumnas y equipo técnico) es lograr que La Colmena se convierta en un dique sólido para que Iguala siga desarrollando toda su riqueza: la reconciliación, la unión, el ideal de que la patria nos pertenece a todos y a todas.

Como lo citó el propio presidente Municipal, “más de 500 mujeres pasaron por todo un proceso de selección invirtieron su tiempo y dedicaron su esfuerzo a capacitarse para estar en la posibilidad de iniciar su propio negocio… Hemos cumplido con la primera etapa de un programa que por mucho rebasó las expectativas y los objetivos planteados”. 

Gracias a iniciativas como el Programa de Economía Solidaria La Colmena, Iguala está en posibilidad de ofrecer a las mujeres del municipio diferentes opciones, emprendimiento de negocios y de proyectos productivos que les permitan mejorar las condiciones económicas en beneficio directo de sus familias. Y fue más allá al anunciar que “La Colmena, a partir de ahora, se convierte en un programa emblema de nuestro municipio”. 

María de la Luz Figueroa, una de las alumnas de La Colmena, expresó sobre La Colmena: “Quienes tuvimos la oportunidad de hacer el esfuerzo de estar y aprovechar el tiempo de manera importante, somos las que estamos aquí hoy, en este lugar, dando testimonio de los saberes recibidos en los diferentes talleres. Llegue con las expectativas muy altas… y alentaron mis deseos de participar. Ahora estamos contribuyendo en nuestro hogar, en nuestro entorno, con nuestra familia, con nuestras amistades, con nuestros amigos. ¡Empoderándonos, con esa palabra!”. 

Otro caso de éxito es el María Guadalupe Rodríguez Fontana, alumna del curso de bisutería, quien además de destacarse en clase como una estudiante “de dieces”, ya logró vender un primer lote de 60 sandalias hechas por sus propias manos, mismas que se comercializarán en Tijuana. Para hacer eficientes sus procesos de producción, recibirá capacitación del Consejo Nacional de Vivienda, Economía Social Y Sustentable (Convives) y así cumplir con todos los pedidos que tenga programados. 

Álvara Galindez Terrones es una mujer igualteca que decidió tomar el curso de barbería en “La Colmena”. A pocos meses de haber comenzado, no sólo logró graduarse, sino que está por iniciar su propia barbería con la que apoyará la manutención de su pequeño hijo con Síndrome de Down, José Armando, a quien por cierto le encanta cómo le corta el cabello su mamá para lucir guapo cuando baila, que es su pasión. 

Juana Inés Sánchez González, también de la clase de barbería, felicitó a todas sus compañeras graduadas por haber obtenido un diplomado en diferentes actividades como barbería, belleza, repostería, corte y confección y más. “Todo ello no se pudo haber logrado sin las conferencias de motivación, orientación y capacitación que nos han convertido en auténticas guerreras”, dijo. 

Finalmente, a nombre de todas las maestras de La Colmena, la profesora María Elena Montero compartió que luego de más de 40 años de impartir clases de manualidades, repostería, corte y confección, la oportunidad de ser parte de La Colmena no solo le permitió compartir su experiencia y conocimiento, sino sus valores. Y con gran humildad admitió que aprendió más de sus alumnas, que lo que ella les hubiera podido transmitir. 

La política es compleja, y en política las convicciones o son congruentes o son mentira. Así, la congruencia exige mantener posiciones firmes, claras y consistentes, incluso ante la adversidad. Por ello La Colmena hoy es una realidad, las mujeres de La Colmena ya están volando y estoy segura de que esas alas nada ni nadie se las podrán arrebatar. 

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