“Que nadie, nos diga nunca, que no merecemos el México sin límites que soñamos”.
Cierto día, el Presidente quizá un poco aburrido, se le ocurrió que sería bueno que sus corcholatas se pusieran a hacer algo entretenido. Las mandó en una campaña disfrazada de asambleas informativas, a comentar los logros de su administración, a presumir los resultados de la 4T.
Estas obedientes corcholatas corrieron por todo el país, con las condiciones de no pelearse, de no debatir, de no proponer de no… pero se encontraron con que en realidad no había mucho que presumir, y en medio de una primavera publicitaria, retoñando espectaculares por todos lados, pintas de bardas, y floreando afiches y demás alusivos a sus personas, no tuvieron más opción que llenar sus tiempos de discurso peleándose, debatiendo y proponiendo. Bueno, la corcholata favorita, hasta con botargas entretenía a los acarreados que le arrimaban para escucharla.
Discursos pues, vacuos, sin fondo, mimetizándose en lo posible con su jefe, colgándose de su 60% de popularidad, y sumándole al 43% de su desaprobación, líneas, estas, que cada vez se acercan más, y las que sin duda pronto se cruzarán. Quizá cuando se le ocurrió este plan, pensaba que el próximo 2 de junio del ´24, sería un día de campo, porque no había oposición, él y sus delfines, al igual que sus voceros, preguntaban: ¿Dónde está la oposición? Y se respondían con soberbia, no la vemos, no la hay.
Y entonces, apareció Xóchitl de madrugada, y con boleto en mano, quiso entrar al Palacio y le dijeron que no, que no podía acceder. El madrugador no quería escucharla ni verla.
La historia de aquella ocurrencia que imagino, y que “cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia”, terminó el pasado día 6 de septiembre, con el resultado que todos sabíamos desde hace dos años, farsa dramática que bien pudo llamarse desde el principio: Claudia y sus cinco chambelanes.
Este final, es una buena noticia para México. Al madrugador lo madrugaron de pronto con una oposición que no se esperaba se pudiera fortalecer, y con una persona que bien que le hubiera gustado para su principal corcholata, una mujer a la qué de hecho, quiso que trabajara para su 4T.
Una mujer que luego de aquella madrugada, le madrugó la agenda, el discurso, los reflectores y la atención. Como decía mi mamá: “m´jo, una sonrisa gana más de mil batallas”, y es que nos encontramos con una “natural woman”, sencilla, sin poses, hablando sin recovecos, al pan, pan, y al vino, vino. Y luego resulta que es inteligente, conocedora, activa, empática, con un orgulloso origen y con una sonrisa tan bonita como sincera, y es que una sonrisa así, de entrada nos gusta a todos, atrayendo política y personalmente tanto a emecistas como a los propios morenistas, y desde luego, a los partidos que la han apoyado, y luego, oh sorpresa, hoy veo a muchos apáticos que están dejando de serlo y hasta abstencionistas que dicen, que ahora si van a salir a votar… por Xóchitl y que se entienda bien, van a votar por Xóchitl.
Pues fácil, dijo aquel, con unos chistoretes y carisma se hará a un lado, y que le reviran con mucho más carisma y atinadas y oportunas respuestas. La horma de su zapato, pero en botas y con tacón y a nueve puntos de distancia en las encuestas de su corcholata.
Hace apenas 70 días no se veía luz al final del túnel, hoy la posibilidad de una alternancia en la presidencia, es más que ostensible. Recuerdo a G. Fernández Noroña haber dicho a unos días del triunfo de morena en el ´18: llegamos para estar en el poder décadas, por lo menos 30 años. Nada me gustaría más que poder enviarle un X el próximo 2 de junio: “Te equivocaste Gerardo”.
Dice el presidente que vivimos tiempos “estelares”, yo prefiero llamarle históricos, porque se escribirá en la historia, que en estos tiempos, la ciudadanía reclamó con energía y acciones contundentes, un lugar protagónico, y que los partidos políticos PAN, PRI y PRD, le abrieron sus puertas para conformar el Frente Amplio por México, y que este Frente, un domingo tres de septiembre de 2023, le entregó a la Senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, la Constancia como su Coordinadora para las elecciones presidenciales de México en 2024.
Hace unos días en el Senado de la República escuchamos un discurso impresionante, de una mujer impresionante. Una mujer a la que fue un error que Claudia le dijera que no cualquier mujer podía ser presidenta, y a lo que con plena humildad nos contó lo que le respondió:
“Tienes razón, no puede quien no tiene con qué. No puede quien necesita que le ayuden. No puede quien finge ser quien no es. No puede quien no cree. No puede quien piensa en ganar sin pensar en competir. No puede quien no sueña. No puede quien no tiene un propósito. Yo viví donde no se podía vivir. Yo crecí donde no se podía crecer. Yo amé donde no se podía amar”.
Le dijeron que no podía a la persona equivocada y contestó: “Dime loca, dime india, dime terca, pero nunca me digas que no puedo”.
México más allá de su posición geográfica en el mundo, vale por su contenido más valioso, que es su gente, los mexicanos todos, a los que nadie puede negarnos el sueño de la aspiración por superarnos, por ser mejores y por sabernos merecedores de un país mucho mejor que el actual en el que vivimos, así que:
“Que nadie, nos diga nunca, que no merecemos el México sin límites que soñamos”.
Les abrazo.