Primeramente algo obvio. Ningún animal mata por placer; lo hacen para sobrevivir; en cambio el animal autodenominado “humano” puede matar simplemente por mera ocurrencia, por diversión o placer, y puede, sin ningún problema, abandonar a la presa agonizando o muerta.
Sobre esto se han realizado múltiples estudios de los cuales se desprenden interesantes resultados. Resulta que la gran mayoría de los maltratadores de animales o personas comparten una historia común de castigo parental, negligencia y rechazo. Esto no es una novedad, ya ha sido estudiado desde hace tiempo y concretamente en psiquiatría se ha identificado una tríada constituida por abuso físico por parte de los padres, crueldad hacia los animales y violencia hacia las personas.
Está documentado que la crueldad hacia los animales y la violencia humana tienen una relación directa, es sabido que el niño que golpea o tortura un animal al crecer podría herir y hasta matar a un ser humano, que el padre que patea al perro podría estar golpeando a su esposa e hijos y que el niño que lastima un animal posiblemente ya es testigo de actos de violencia intrafamiliar.
El número de criminales con historial de maltrato de animales es tan alto que el FBI señala la crueldad contra los animales como una característica típica para identificar jóvenes sospechosos con potencial en convertirse en criminales en un futuro y ha logrado que desde 2016 se reclasifique el maltrato animal como un delito grave además de ser incluido en su base de datos de Uniform Crime Reporting (UCR). Por su parte la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) considera el maltrato de animales como uno de los datos básicos para determinar desordenes de conducta.
Pero, ¿por qué existen personas crueles con los animales? Hay muchas razones. El maltrato hacia los animales generalmente es realizado por personas con una autoestima baja, que se sienten sin poder y bajo el control de otros. El motivo podría ser para intimidar, amenazar, ofender o rechazar las reglas de la sociedad. Otras personas simplemente están copiando acciones que han visto y aprendido de niños o bien están siendo abusados por algún familiar.
Diversos estudios muestran que las primeras manifestaciones de crueldad hacia los animales tienen lugar temprano en la vida del maltratador. La conocida antropóloga, Margaret Mead sostiene “Una de las cosas más peligrosas que le pueden pasar a un niño es matar o torturar a un animal y salirse con la suya”. Es una realidad, la mayoría de los niños, con la guía adecuada de los padres y maestros, se tornan sensibles al hecho de que los animales pueden sentir dolor y sufrir y por lo tanto aprenden que hay que tratar de evitar causarles dolor.
¿Por qué debemos reconocer el maltrato animal como una forma de violencia contra humanos? Los motivos son varios: Abusar de animales exhibe el propósito deliberado de golpear y no solo una simple pérdida de control. Abusar de animales y lastimar niños está íntimamente relacionado. Abusar de animales señala una interconexión con problemas familiares. Herir o matar animales preludia una conducta violenta en un futuro cercano.
¿Existe una conexión entre maltrato animal y violencia humana? : Si, casi un cuarto de todos los casos de crueldad animal intencional también involucra alguna forma de violencia familiar. La violencia doméstica es la forma de violencia familiar más frecuentemente reportada, seguido por abuso de niños y de mayores.
¿Quiénes son las víctimas de los maltratadores de animales? : Animales de compañía son los blancos más comunes de maltrato animal, con datos de crueldad hacia los perros (76% de todos los casos) mucho más frecuente que la crueldad registrada contra gatos (19%). Las ofensas más comunes incluyen, pegar, patear, acuchillar, tirar, quemar, ahogar, colgar, envenenar, abusar sexualmente y/o mutilar a los animales.
Una de las explicaciones para esta conducta anormal es que quienes maltratan animales no ven al animal como un ser vivo, capaz de sentir emociones y dolor, sino como un objeto. Esto no es ninguna novedad, con los nazis pasaba algo parecido, ellos eliminaban a cualquier ser humano considerado inferior (judíos, gitanos, homosexuales, etc.) y tranquilamente llegaban después a su casa y eran perfectamente capaces de mantener una vida familiar saludable, leer a los clásicos y disfrutar la música de los grandes maestros. Ese tipo de disociación es más frecuente de lo que pudiéramos pensar.
Conclusión: Pienso que en este mundo tan especial en que vivimos, si queremos ser congruentes con nuestra conducta debemos cambiar la taxonomía; dividir a los seres vivos en dos grandes categorías, Animales y Bestias, en el primer grupo tendrán cabida millones de especies, en el segundo una sola, los humanos.
Es cuanto.