domingo 07 julio 2024

Mentiras

por Tere Vale

Si de algo estoy cansada en estos tiempos oscuros que vive México y el mundo es de las mentiras. Pareciera que los gobernantes del mundo se han puesto de acuerdo en decir más embustes que nunca. Sí, ya sabíamos que los humanos somos intrínsecamente mentirosos y los políticos, si ustedes prefieren, más, pero estamos viviendo un momento en donde se miente sistemáticamente, se miente más, y a lo grande. Lo muy preocupante es que estas falsedades están afectando a millones de personas que viven engañadas tomándose alegremente buenas dosis mañaneras de “soma” como diría Aldous Huxley. A muchos los tiene adormecidos.

Lo de Ayotzinapa, desde luego, tiene que ver con esto. Y discúlpenme, pero en esta catarata de información caótica sobre los 43, antes y ahora, yo veo de todo: ambiciones, intereses, venganzas, estupideces, de todo pues, menos la verdad. Estamos en las manos de un fabricante de fantasías que con el afán de acumular más y más poder está dedicado a contar los cuentos que le convienen, aunque estos sean de terror. 

El caso Ayotzinapa ha dejado una estela de confusión y violencia que no se aclara ni se resuelve. El informe provisional de Alejandro Encinas no arroja luz ni justicia, sino una sensación de que una vez más vivimos en una completa penumbra e impunidad. Lo único que al menos a mi me deja claro, es el grave error que traería la consagración de la militarización de nuestro país. Esta semana veremos como se ponen las cosas. 

El presidente quiere a como dé lugar que los uniformados sean cada vez más poderosos, aunque esto implique un mayor riesgo para el respeto a los derechos humanos y nuestras libertades. Lo que está en juego no es la seguridad de los mexicanos, que es lo que menos importa a nuestro poder ejecutivo. Lo que verdaderamente quiere AMLO es que su cuarta transformación (cualquier cosa que eso sea) quede blindada para que los entremezclados intereses entre narcos, militares y autoritarismo se vuelvan permanentes y transexenales en México. Cosa que ya ha sucedido en otros países latinoamericanos como bien sabemos. 

Lo que está verdaderamente en riesgo es nuestra democracia. En este desastre de hipótesis, teorías y pruebas poco sólidas, queda embarrado todo: la FGR, la inexistente CNDH, el ejército, el poder ejecutivo y desde luego el famoso informe de Alejandro Encinas que no deja satisfecho a nadie. 

Las escenas que hemos visto en días pasados nos dejan asombrados. Bombas molotov y camiones que embisten a los cuarteles, caos vial, anarquía, desorden y como respuesta a tanta violencia, la impasibilidad de las autoridades para controlar estos desmanes. 

Por fin señor presidente, ilumínenos ¿Quiénes son los malos y quiénes son los buenos en esta historia?  ¿El ejército es esa temible institución represora del 68? ¿O son ese pueblo bueno y sabio uniformado en el que usted tanto confía y a quien le ha dado carretadas de dinero? ¿Le conviene a usted más la verdad histórica de Murillo? ¿La verdad traumática de Encinas en serio tiene bases sólidas o son puras atroces e interesadas suposiciones? ¡Decídase por favor! no vaya a ser que sus fanáticos eternamente cegados por su carisma, en una de esas se vean tan confundidos que se empiecen a poner nerviosos y se le volteen.

Total, no nos hagamos tontos. Haiga sido como haiga sido, Murillo Karam ya está en la cárcel (gracias a otro de los logros de la 4T: la persistencia de la prisión preventiva oficiosa), Encinas alborotó al gallinero pero ahí está, sus soldados por lo pronto aguantan todo sin rechistar y resisten hasta la ignominia y nosotros, la ciudadanía, nos cansamos cada día un poco más del alud de mentiras. Así las cosas.

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