Una cosa llevó a la otra…
El 24 de agosto de 2015 AT&T entró al mercado mexicano con una entusiasta campaña de “unidos somos mejores”, anunciando sus principales servicios de telefonía e internet móvil.
El 24 de mayo de 2019 AT&T Comunicaciones Digitales, subsidiaria de AT&T México renunciaba a concesiones de espectro para la explotación de frecuencias de la banda de 800 MHz, mismas que le fueron heredadas de Nextel. Este hecho le permitió no sólo dejar de lado servicios 2G sino también enfocarse a adquirir 80MHz de las frecuencias de espectro de 2.5 GHz gracias a la licitación IFT-7 para su ingreso a 4G.
Mientras tanto, y durante el mismo mes, Telefónica pagó dos mil 161 millones de pesos por referendo del espectro de 1.9 GHz e invirtió 700 millones de pesos para la compra de dos bloques nacionales, es decir 40 MHz para la banda de 2.5 GHz, que le significó invertir el 45.6% de sus ingresos totales en el primer trimestre del 2019.
El 2020 arrancó con el anuncio de la renuncia de Telefónica a sus concesiones de espectro radioeléctrico para su red de acceso inalámbrico, y devolverá de manera escalonada bloques de frecuencias hasta junio de 2022 para reducir costos de operación.
Tener a América Móvil como Agente Económico Preponderante (AEP-T) con el 72% del total del mercado de las telecomunicaciones hace prácticamente imposible que cualquier competidor pueda si quiera hacer el intento de crecer sus servicios de conectividad en nuestro país.
Para poner un parámetro de la discordancia que hay en el mercado de las telecom en México, en enero de este año, por primera vez el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) impuso una sanción a Teléfonos del Noreste S.A. de C.V. (Telnor), subsidiaria de América Móvil “por no poner a disposición del regulador y de concesionarios solicitantes parte de la información relativa a postes y pozos que forma parte de la infraestructura que está obligado a compartir al ser parte del agente económico preponderante (AEP) en telecomunicaciones”, mismos que le representan el 6.01% de sus ingresos durante 2016.
Y de pronto la pandemia
El COVID-19 ha impactado a todos los mercados, no siendo excepción las telecomunicaciones, que en el segundo trimestre del 2020 tuvo una contracción del 18.3%, es decir 30.1 puntos porcentuales menor al crecimiento del trimestre anterior, de acuerdo con la consultoría The Competitive Intelligence Unit.
Esta caída se da en el escenario de un México sin una Estrategia Digital Nacional definida, y una desarticulación cada vez más profunda del gobierno hacia su promesa de conectividad.
Para julio de este año, se anunció la extinción del fideicomiso e-México, que confirma la falta de cumplimiento de los compromisos de la 4T para dotar de conectividad a sitios públicos de Internet gratuito para la población actualmente desconectada, y su inclusión en la economía digital, al bloquearlos de la oferta de servicios financieros básicos.
Para agosto, la Subsecretaría de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico desaparece: “Tenemos una reestructuración, la subsecretaría de Comunicaciones va a desaparecer, la oficina, pero no las funciones esas las vamos a reacomodar, pero definitivamente tenemos que estar en el avance tecnológico”, adelantó Jorge Arganis Díaz Leal, titular de la SCT en reunión con miembros del Instituto Mexicano del Transporte (IMT). Así, de un plumazo y a pocos días de relevar a Jiménez Espriú, que mejor decidió renunciar a su puesto como secretario.
En el Paquete Económico 2021, entregado el 8 de septiembre ante la Cámara de Diputados y del Senado de la República, se integró en la Ley Federal de Derechos una actualización y reestructuración de las cuotas que deberán pagar al Estado mexicano los operadores móviles para explotar determinadas bandas de espectro.
Destaca la propuesta de la SHCP para el incremento de las cuotas en un 56.5% de la banda de 800MHz, que de acuerdo con el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET): “impactaría de manera negativa a los operadores que actualmente tienen presencia en la misma e incluso podría provocar ajustes a los planes que ofrecen, en detrimento de los usuarios”.
Por tanto, la entrada de 5G también corre grave peligro ya que en esta misma iniciativa de nuevas cuotas están las frecuencias que el IFT destinó en México para su despliegue en México.
Como bien lo apunta el IDET, aprobar la propuesta de SHCP en materia de derechos por el uso del espectro radioeléctrico significa condenar a México a un mayor rezago en conectividad y desarrollo.
Estimado lector:
Como ciudadanos ¿vamos a quedarnos cruzados de brazos leyendo la triste crónica de una desconexión anunciada?