México en el Conflict Index 2024

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Por encima de países en guerra, México se ubicó en el lugar número 4 en el ranking mundial del Índice de Conflictos (Conflict Index 2024), de acuerdo con las mediciones de letalidad, peligro para la población civil, difusión geográfica y número de grupos armados, cuyo seguimiento mundial hace el organismo no gubernamental ACLED (Armed Conflict Location & Event Data).

ACLED es una iniciativa académica de recopilación de datos, análisis y mapeo de crisis. Tiene su sede en Wisconsin, Estados Unidos, y está comandado por Clionadh Raleigh, doctora e investigadora de la Universidad de Sussex. Recopila información sobre las fechas, los actores, las ubicaciones, las muertes y los diferentes tipos de violencia política de todo el mundo. Esta organización estima que a nivel mundial hubo más de 233 mil muertes relacionadas con estos eventos durante 2024, registrándose un aumento del 25% en la violencia política respecto del año anterior. A la vez, se incrementó la exposición de la población civil a la violencia, el número de incidentes violentos y la proliferación de los grupos armados implicados. La tendencia global al alza se explica por el desarrollo de tres grandes conflictos (que son los de Ucrania, Gaza y Myanmar) y a la continuación de altos niveles de violencia en países como Sudán, México y Yemen, entre muchos otros 

El ranking está encabezado por 10 países cuyo conflicto se encuentra a un nivel calificado como extremo: 1) Palestina, 2) Myanmar, 3) Siria, 4) México, 5) Nigeria, 6) Brasil, 7) Líbano, 8) Sudán, 9) Camerún y 10) Colombia. En este deshonroso Top 10 se encuentran tres países de Medio Oriente, tres de África y otros tantos de América Latina, aparte de Myanmar que se localiza en el sudeste asiático.

Los patrones de conflicto que se presentan en cada país son muy diferentes. Van desde actos terroristas y represalias en forma de campañas de bombardeos (como ocurre en Medio Oriente), guerras civiles, violencia de turbas (es el caso de la India), ofensivas yihadistas en diversos países, antagonismos étnicos y disputas territoriales que ocurren en naciones africanas, la invasión militar de Rusia contra Ucrania, hasta la guerra civil de cárteles que está ocurriendo en México.

Como se dijo, México ocupa el lugar cuatro en el Conflict Index 2024, con un nivel extremo de conflicto. Solo está debajo de Palestina, Myanmar y Siria. El nivel de conflicto mexicano se clasifica encima del de Ucrania (14), que sufre la invasión de su territorio, y de países que se encuentran en guerra civil declarada o virtual, como Haití (11), Somalia (21) y Sudán (25).

El ACLED ubica a México en el segundo lugar mundial por el peligro para la población civil, en el cuarto lugar por el número de grupos armados que protagonizan los eventos de violencia, en el séptimo por la letalidad del conflicto y en el lugar 17 por la difusión geográfica de los eventos de violencia. La base de datos del organismo reporta 7 mil 327 eventos de violencia política durante 2024, 8 mil 110 muertes reportadas en ese tipo de eventos y 5 mil 828 eventos en los que la población civil fue el objetivo de estos.

Sabemos que el crimen organizado domina extensos territorios en distintas regiones de nuestro país, impone sus reglas en las “plazas”, carreteras y caminos que controla, extorsiona a la población, construye economías ilícitas, infiltra en gran escala la economía formal, mata a civiles, destruye el espacio público e interfiere en la acción política. Pone (o al menos palomea y condiciona) a gobernadores, presidentes municipales y copta a funcionarios encargados de la seguridad y las obras públicas (incluido personal militar). 

La realidad que se respira en el país y que se expresa en mediciones globales como las del Conflict Index 2024 es negada neciamente por el discurso del gobierno, que en las últimas semanas ha llegado al extremo de confundir la soberanía nacional con el pacto inconfesable que sostiene con las bandas criminales.

Cincelada: La diplomacia 4T se aisló apoyando a Maduro. Toda América Latina repudia al fraudulento (salvo Nicaragua y Cuba), lo mismo que el G-7, la Unión Europea, Estados Unidos y la OEA.

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