La mayoría de las empresas dedicadas a las encuestas electorales en México abdicaron de su función de indagar la opinión pública, cosa que deben hacer mediante la recolección de muestras estadísticas representativas. Vendieron su prestigio demoscópico para proporcionar al grupo en el poder un soporte a la narrativa del “plan c”, según la cual la aplanadora oficialista estaba destinada a arrasar en las elecciones desde antes de que empezaran las campañas. La mayoría de las empresas siguieron fielmente la consigna oficial y sustentaron la fantasía obradorista, aunque algunas ajustaron hacia abajo sus predicciones de ventaja para Sheinbaum.
Efectivamente, en los reportes publicados a menos de una semana de la elección, se destacan ciertas firmas empeñadas en satisfacer los anhelos del inquilino de Palacio Nacional, que reportan una ventaja de 36, 34 y 29 puntos en favor de la candidata oficial. Se trata de Demotecnia (que antes fue una prestigiada empresa, fundada por María de las Heras), Mendoza Blanco y Covarrubias.
Le sigue un grupo que pronostica diferencias superiores a los 20 puntos de Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez: Berumen (24), Mitofsky (24), Enkol, la del casero de Clara Brugada (23), Varela (22). Varias encuestadoras como Buendía, Indemerc y Reforma (esta última causó polémica al subirse a la cargada oficialista hace un par de meses).pretenden que la diferencia entre ambas candidatas es de 20 puntos.
Parte también del coro oficialista, ciertas empresas reportan una ventaja definitiva, pero no tan amplia: Parametría (16 puntos), Altica (12), El Financiero (10), GEA/ISA (8). Son de llamar la atención los resultados de los supuestos estudios de estas dos últimas encuestadoras, pues al acercarse el 2 de junio, fecha en que se pondrán a prueba sus estimaciones, inopinada y prácticamente de un día para otro, redujeron a la mitad la ventaja que según ellas traía la candidata de AMLO. El Financiero la redujo de 20 a 10 puntos y GEA/ISA pasó de 17 a solo 8, con lo que se acercaron a un escenario de cerrada competencia entre las dos punteras.
Solo tres encuestadoras previeron un escenario competido desde hace meses y lo sostienen en sus recientes estudios: La Encuesta MX (7 puntos de diferencia), México Elige (4 puntos) y Massive Caller (única empresa que pronostica el triunfo de Xóchitl Gálvez, con una ventaja de 3 puntos sobre Sheinbaum).
A cuatro días de las elecciones, aunque la mayoría de las casas encuestadoras se mantienen firmes en la narrativa del “plan c” de AMLO, algunas de ellas redujeron drásticamente la supuesta ventaja de la candidata oficial y otras matizaron la certeza de sus números.
Es el caso de la encuesta del Grupo Reforma que, aparte de bajar de 24 a 20 la ventaja oficialista, el 29 de mayo publicó en la primera plana de su edición una nota de la redacción que relativiza sus propios resultados. Dice esa nota que, “para que una encuesta domiciliaria sea confiable, es fundamental que los encuestados respondan sin temor”, condición que no se presenta en la actualidad, dado que hay territorios bajo control del crimen organizado, población dependiente de apoyos del gobierno y polarización e intimidación de grupos políticos.
Más aún, en la vitrina metodológica de su encuesta, Reforma incluyó una prevención que prácticamente invalida la representatividad de sus resultados. Dice así: “Los resultados reflejan las preferencias electorales y las opiniones de los encuestados al momento de realizar el estudio y son válidos solo para esa población y fechas específicas”.
Las cartas de las encuestadoras están echadas. Para calificar su certeza solo basta esperar el término de la jornada electoral, luego de que se exprese la libre voluntad de los electores. Será el momento de evaluar, también, en qué medida la libertad del sufragio fue afectada por la ilegal intromisión gubernamental en las campañas y por la narrativa obradorista de “carro completo”, de la que la mayoría de las encuestadoras fue coro.
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