Es mentira lo que dice el gobierno: que la pandemia se comió el ahorro del país. Mentira: ya en su primer año de mandato (sin pandemia) se comió 125 mil millones de pesos de los 300 mil millones que recibió en ese ahorro.
Y se lo comió antes de asumir la presidencia, pues es tan ineficaz que se arruinó antes de asumirla, tras cancelar el aeropuerto de Texcoco, una obra que tenía invertidos 13 mil millones de pesos, pero el mero anuncio de cancelarla le costó 830 mil millones.
La pandemia no tiene culpa en la actual quiebra económica, pues desde su primer año de gestión, este régimen recaudó menos impuestos de lo que necesitaba, y echó mano del ahorro de emergencia. Y la pandemia lo agarró sin un guardadito para apuros.
Ese ahorro de emergencia se llama Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, y se creó con la llegada de la democracia en el año 2000, y estaba destinado exclusivamente para contingencias gravísimas, no para pagar cancelación de obras.
Un Fondo que, por cierto, el corruptazo gobierno anterior recibió en 2012 con 17 mil millones de pesos en caja, y lo dejó en 2018 en su punto más alto, con 300 mil millones de pesos. Y el honorable gobierno actual se chutó, en sólo dos años, el ahorro de 20 años.
Aunque también se comió en dos años un total de 55 mil 252 millones de pesos de los 109 fideicomisos que extinguió, y que eran fondos de dinero público-privado gestionados por una entidad privada para financiar actividades de investigación, cultura o ayuda humanitaria.
Este gobierno quitó de los fideicomisos un dinero que iba, por ejemplo, a:
–Familiares de desaparecidos: Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral.
–Cultura: Fondo de Inversión y Estímulos al Cine.
–Investigadores: Fondo para la Ciencia.
–Víctimas de terremotos: Fondo de Desastres Naturales.
–Periodistas amenazados: Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
–Exbraceros: Fondo de Apoyo a Social para Extrabajadores Migratorios Mexicanos.
Pero ahora, además de ser un gobierno que gasta lo que ahorraron otros, y produce poco (porque frena a la empresa privada) tampoco recauda por ingresos tributarios: en dos años condonó tres mil 539 millones de pesos a sus amigos y aliados.
Epigmenio Ibarra recibió, por condonaciones de impuestos, siete millones 572 mil pesos; y según Proceso, Ricardo Salinas ha evitado pagar 14 mil millones. Además, se entrega los contratos a quien les da la gana, sin transparencia, por 189 mil 488 millones de pesos.