A Ricardo Rocha
in memoriam*
En el momento de escribir este artículo aún no sé quiénes resultaron ganadores en los procesos electorales de Coahuila y el Estado de México. Desde hace meses, semanas, buena parte de los mexicanos, por una razón o por otra, hemos estado muy pendientes de lo que suceda en los comicios de este día.
Sin embargo, suceda lo que suceda o “haiga sido como haiga sido”, creo que deberemos de sacar de todo esto algunas lecciones muy útiles para el proceso electoral federal del 2024 a llevarse a cabo en tan solo 52 semanas.
Para mi lo más importante es refrendar y recordar la importancia de nuestro voto, de salir a votar. Hacerlo es indispensable para la democracia en México y en el mundo. Sin ciudadanos, sin votantes para decirlo claro, no hay democracia.
Lamentable que todos los reportes coincidan en que el abstencionismo nuevamente se dejó sentir en esta jornada con una votación, al parecer, no mayor al 50%. Mal asunto. Mientras no logremos un compromiso mayor con el tipo de gobierno y gobernantes que queremos y nos decidamos a expresar y defender nuestra preferencia, las cosas mágicamente no cambiarán. Este es un asunto de la mayor importancia de cara a las elecciones del próximo año.
Mientras escribo esto, las dos candidatas del Edomex se han declarado ganadoras, al modo de los políticos nacionales. Lo de siempre. Democracia, creo, es sobre todo saber perder, no solo saber ganar, eso es mucho más fácil siempre. La actitud, muy a la mexicana, en la que todos los candidatos en una contienda se declaran ganadores al termino del día me llena de vergüenza y de envidia por otras democracias, seguramente más maduras, en las que nadie se declara vencedor hasta que se tienen indicadores sólidos y como se dice todos los pelos de la burra en la mano.
Hace más de cuarenta años que ejerzo el periodismo y me ha tocado cubrir, analizar o comentar innumerables competencias electorales, puedo decir que en la mayoría de ellas hemos tenido en nuestro país dos o más candidatos triunfadores simultáneamente ante mis atónitos ojos. ¿Cuándo aprenderán los políticos? ¿Cuándo exigiremos respeto los ciudadanos?
Pero hay algo peor, la incapacidad y costumbre, en la que es experto el ahora presidente López Obrador, en solo reconocer la validez de una elección cuando gana y descalificarla cuanto él o su partido pierde. Nomás recordemos el plantón del 2006, en Paseo de la Reforma, que durante meses nos recetó a los capitalinos porque no obtuvo los resultados que le hubieran gustado.
Dizque todos son muy respetuosos de la ley, dizque declaran que aceptarán las tendencias si les favorecen o no, pero no se resisten a proclamarse a los cuatro vientos triunfadores, antes de los tiempos legales.
Nomás recordemos que el INE publica los resultados del PREP a través de su página en internet en el mismo día de la elección, pero que es hasta el miércoles 7 de junio cuando iniciarán los cómputos distritales donde se determinarán los resultados finales tanto de Coahuila como del EDOMEX.
Hasta donde se puede decir a esta hora de la noche del 4 de junio, al parecer Coahuila tiene ya un muy probable ganador, Manolo Jiménez. La ventaja que lleva sobre sus contendientes se ve cercana al doble dígito, sería muy difícil que esto se revirtiera. Pero, hay que esperar.
Para saber bien a bien qué sucedió en las tierras mexiquenses creo que aún no se puede cantar vistoria ni de uno ni de otro lado. Así debería de ser. Hay que esperar, ya que al parecer los datos aún no permiten una clara definición. Pase lo que pase, ojalá aprendamos todos que, por encima de intereses personales, pasiones y rencillas, debemos de defender nuestra democracia, no dejemos que nos la arrebaten, de eso se trata este juego perverso, eso quieren.
Por lo pronto hay que confiar y esperar.