El poder ejecutivo del Estado Mexicano ataca al poder judicial

El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García lleva años siendo noticia pero no por algún éxito de su gobierno, sino por los escándalos en los que se ha visto envuelto por defender detenciones arbitrarias que ejecuta la fiscalía del estado. En marzo de 2021 fue detenido nuestro compañero Rogelio Franco, destacado líder del PRD estatal y en ese momento candidato a diputado federal, en un hecho inconcebible, fue capturado por violencia familiar y al no poder comprobársele, se le vinculó a proceso por “ultraje a la autoridad”, delito declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y utilizado por el gobernador contra quienes considera adversarios políticos.

También en 2021, pero en diciembre, fue detenido José Manuel Del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de coordinación política del Senado, y cercano a Ricardo Monreal y a Dante Delgado, quienes lo defendieron hasta su liberación, ya que a pesar de que la fiscalía lo acusó de participación intelectual del homicidio de Remigio Tovar, candidato a la alcaldía de Cazones de Herrera por Movimiento Ciudadano, fue liberado seis meses después, por no poder presentarle elementos de prueba de la acusación.

Recientemente el gobernador de Veracruz vuelve a ser noticia, por la doble detención de la jueza Angélica Sánchez Hernández, acusada por la fiscalía estatal y por el gobernador, de liberar a Itiel Palacios, conocido como el “compa playa”, quien presuntamente habría ordenado el asesinato de un diputado local del PRI en 2019. Detenida por primera vez en Veracruz y liberada mediante amparo, para volver a ser detenida, ahora en un hotel del centro de la Ciudad de México, no obstante que la juez contaba con una suspensión provisional que la protegía justamente de ser aprendida.

Pero la forma en que opera la “justicia” en Veracruz es del todo escandalosa y violatoria de los derechos humanos, la propia jueza declaró que en su primera detención fue torturada, incomunicada y obligada a disparar un arma, ante lo cual el gobernador Cuitláhuac García lo negaba y ufano y fanfarrón, afirmaba que la jueza Angélica Sánchez había tenido comunicación con el presunto delincuente y que en su estado no se permitiría la corrupción, sin mostrar ninguna evidencia. 

Incluso trascendió en medios de comunicación en días pasados, que jueces de Veracruz habían sido convocados a una reunión con el gobernador del estado, en la cual se les advirtió tuvieran cuidado con los amparos que otorgan, en una clara muestra de intimidación y de abuso de poder sin precedentes.

Pero el actuar de Cuitláhuac García no se entendería sin el apoyo de su jefe político, el presidente de la república, quien públicamente y desde su “mañanera”, dijo que apoyaba al gobernador en este caso. El asunto ha sido tan ominoso y abusivo, que incluso ya colectivos como la Asociación Mexicana de Juzgadoras y la Asociación de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación A. C., solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, emita medidas cautelares a favor de la jueza.

Sin embargo, en los tres casos que comentamos, aparece un móvil político detrás de cada detención arbitraria, en el caso de nuestro compañero y líder estatal Rogelio Franco, fue claro el deseo del gobernador de dinamitar a nuestro partido en uno de los estados donde más presencia tenemos. Pero en los otros dos casos, aparece un enemigo de casa, el senador morenista Ricardo Monreal.

Cuando José Manuel Del Río Virgen fue detenido, Monreal Ávila declaró que, ante la arbitrariedad, el senado tendría que evaluar la desaparición de poderes en Veracruz, a lo que después siguió una agria disputa entre ambos colegas de partido. En el caso de la jueza Angélica Sánchez, vuelve a aparecer la confrontación entre ellos, pues apenas liberada, la jueza fue recibida en el senado donde Monreal le dedicó una palabras de apoyo y reconocimiento, aunque quizá eso haya provocado la ira del gobernador veracruzano, ya que apenas iniciaba la mañana del día siguiente, volvía a ser aprendida, a pesar del apoyo del senador morenista.

Así pues, el partido Morena cuenta con un personaje  que le hace el trabajo sucio, ya sea golpear opositores, compañeros de partido o impartidores de justicia que le son incómodos, en cualquier caso, ahí está presto Cuitláhuac García para, desde sus conferencias de prensa, imitando ridículamente el discurso y maneras presidenciales, promover la captura de quienes no se alinean a sus intereses, sin la menor preocupación por la violación a derechos humanos o resoluciones judiciales, al fin que para eso tiene el apoyo de Palacio Nacional.

No es el objetivo de esta exposición colocarnos del lado de ninguna persona acusada de cometer delitos, sino más bien de exigir el respeto al debido proceso y al trabajo de las personas impartidoras de justicia 

La gravedad de estos hechos radica en que uno de los poderes del estado, en este caso al poder ejecutivo representado en el gobernador de Veracruz y en el presidente de la república, utiliza todos los medios a su alcance para atacar e intimidar a otro poder, el judicial, vulnerando con ello la división de poderes del Estado mexicano y poniendo en riesgo los frágiles equilibrios democráticos en México, vulnerados una y otra vez desde la presidencia de la república. Frente a este escenario, en el que el poder ejecutivo ataca a las personas impartidoras de justicia para fines políticos, ¿qué garantías tenemos las personas de a pie, de que nuestros derechos humanos sean respetados en el régimen obradorista?

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