jueves 21 noviembre 2024

Propagandistas al grito de guerra

por Antonio Medina

Ser propagandista de la 4T no es exclusivo de militantes orgánicos del morenismo. El presidente de México ha incluido a su ejército de propagandistas a artistas de mediana y gran popularidad para cubrir nichos de difusión focalizados a grupos sociales específicos, tanto en medios públicos (de Estado), medios comerciales  y todas las redes sociales con youtubers y tictocqueros de alto impacto.

Es así que personajes como la diputada federal Marisol Gase (#LadyCulera), ha sido, junto con otras actrices y cantantes, beneficiada del morenismo y hoy son propagandistas desde espacios legislativos, pero también en sus shows públicos en el grupo versátil “Las Reinas Chulas”, donde actúan, cantan y editorializan sus espectáculos para promover a la 4T; aunque también se han insertado en medios de comunicación del gobierno como Canal 22 o el Canal 14, donde Jenaro Villamil, Presidente del Sistema de Radiodifusión de Estado Mexicano, les contrata para hacer sketches cómicos, conducir programas de revista y elaborar guiones con el fin de promover el culto a la personalidad del presidente.

Estas actrices han puesto sus carreras artísticas al servicio del nuevo gobierno, al igual que actores como Damián Alcázar o Jesús Ochoa, que hoy son defensores de lo indefendible. Responden con particular disciplina al grito de guerra que el presidente lanza todas las mañanas desde su púlpito mediático contra todo aquel que piense diferente a él.

La exposición mediática de “Las Reinas Chulas” ha repuntado desde 2018. Hoy son presentadas como expertas en política y opinan de temas complejos en programas de debate a nivel nacional. Usan el lenguaje alivianado, juguetón o chistoso como cuando están en sus espectáculos de cabaret en un teatro de Coyoacán que fundó la comediante Jesusa Rodríguez (su mentora) en los 80 para criticar al sistema priista. Hoy ese lugar de la calle Madrid se ha convertido en templo adoratorio de la 4T y del Señor Presidente.

En ese teatro-cabaret convierten los odios y fobias del presidente en obras teatrales. Usan las noticias y la línea editorial de La Jornada para hacer sus guiones cabareteros y en el escenario le justifican la plana al inquilino de Palacio, mientras que los personajes que no piensan igual que el Jefe del Ejecutivo, los critican con rudeza y son caricaturizados con particular saña.

En fin, Marisol Gasé pertenece a esa camarilla de artistas, a la cual se suman comunicadores como Fernando Rivera Calderón, Jairo Calixto, Fabrizio Mejía Madrid, Hernán Gómez, Abraham Mendieta, entre otros, todos propagandistas a ultranza de la 4T, al igual que los moneros liderados por Rafael Barajas, El Fisgón, teniendo como sumo pontífice a Epigmenio Ibarra, maestro del propagandismo de morena, quien al igual que el propagandista del nazismo, Joseph Goebbels (1897-1945), ha instruido a sus subordinados y subordinadas a repetir las mentiras del presidente una y mil veces de diferentes formas para influir en el imaginario social y así convertir las falsedades presidenciales en irrefutables verdades.

Es muy común que estos propagandistas le encuentren la cuadratura al círculo de todo lo que reza el presidente en sus mañaneras. No importa que la oposición lo desmienta o compruebe que el Ejecutivo Federal miente o que los mismos datos gubernamentales exhiban sus falacias. Ellos y ellas, como fieles propagandistas, obnubilados por el fanatismo que despierta López Obrador en sus seguidores, replican sus dichos, sus argumentos y persuaden a los públicos con sus técnicas teatrales o actorales, lo que a todas luces es mentira.

Es curioso observar que ese grupo de hombres y mujeres propagandistas se han declarado feministas, liberales, de izquierda y progresistas; no obstante, cuando el presidente o alguien de la 4T en sus dichos o acciones contradicen estas posturas ideológicas, callan como momias o de plano lo justifican y le dan la vuelta al tema. Es de pena ajena escucharles, más cuando en otros tiempos se rasgaron las vestiduras por situaciones iguales o menos bochornosas cometidas por contrincantes ideológicos del presidente.

Es lamentable verles o escucharles en espacios como el de Julio Hernández, donde el flautista Horacio Franco, Ana Francis Mor (diputada en CDMX) y Fernando Rivera Calderón (beneficiado con un programa en Canal 22), avalan absolutamente todo lo que plantea su presidente sin pizca alguna de crítica ni rigor analítico, aún en aquellas políticas públicas que van en detrimento de las mujeres, de infancias con cáncer, grupos vulnerables o en contra de la cultura, la ciencia o la educación. Ahí, con sus estilos de comunicar cada uno, con su devaluado prestigio de por medio, contradicen sus posturas de antaño y justifican sin rubor alguno las cosas más inverosímiles que está haciendo el actual gobierno federal.

La última muestra de esa incongruencia fue el pasado 12 de noviembre en plena discusión del Presupuesto 2022 en la Cámara de Diputados, donde la actriz cómica Marisol Gasé sacó un cartel que decía #Culera mientras debatía y argumentaba en tribuna la diputada Olga Luz Espinos del PRD. Esa vulgar expresión de la diputada morenista, que se define como “feminista” y “activista”, no responde a la sororidad entre mujeres que tanto cacarean las “feministas” de su partido, ni lo que ella misma vociferaba cuando era conductora de la Hora Nacional, o cuando en sus shows cabareteros se llena la boca despotricando contra el machismo, el patriarcado, la misoginia y la discriminación contra las mujeres.

En fin, la incongruencia del morenismo y sus propagandistas es lo que distingue a esta nueva clase política, que al igual que la fábula de La Rebelión en la Granja, de George Orwell (1945), han llegado al gobierno para actuar igual o peor que aquellos a los que criticaron y lograron quitar del poder; un poder que hoy ostentan y no saben qué hacer con él.

A tres años de este gobierno, cada día se confirma más que AMLO y el morenismo sí han resultado ser un peligro para México.

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