domingo 07 julio 2024

¿Qué carajos es la cuarta transformación?

por Tere Vale

Me pregunto cual será el solemne momento en que al fin los mexicanos sabremos bien a bien qué es eso que el presidente y sus seguidores llaman cuarta transformación. Llevo casi cinco años tratando de descifrar el misterio órfico y de plano no lo logro. Eso sí, tengo alguna pista.

Supongo que es un asunto que tiene que ver con la corrupción, ya que el presidente todos los días habla de ello, de los corruptos. Y fíjense que, curiosamente, ahí le doy toda la razón. La corrupción es sin duda parte consustancial de la cuarta transformación. Van algunos ejemplos.

  • La transparencia y la rendición de cuentas han disminuido significativamente. Seguimos con solo cuatro comisionados del INAI, no se ha logrado que en el Senado se nombre ni uno más para conseguir que este órgano autónomo pueda sesionar. Eso es corrupción. 
  • Las obras demenciales (AIFA, Dos Bocas, Tren Maya, Tren Interoceánico) continúan siendo obras “estratégicas” y de “seguridad nacional”, por lo que no nos dicen ni su costo ni cómo se ha gastado el recurso.  Tampoco se han precisado los costos faltantes para que estos elefantes blancos sigan con su fracasada marcha. Eso es corrupción.
  • Vimos una serie de videos de David León (funcionario en aquellos tiempos del entonces gobernador de Chiapas y hoy corcholata del Partido Verde, Manuel Velasco) dando dinero a familiares y colaboradores cercanos del presidente en bonitas bolsas de pan o sobres amarillos. ¿Alguno de estos hechos fue sancionado? Ninguno. Dijo AMLO que esas eran no más unas aportaciones Eso es no más “tantita” corrupción.
  • La casa gris de Houston, que le fue otorgada al hijo mayor del presidente gracias a los contratos millonarios que PEMEX otorgó a la empresa propietaria de esta mansión en USA. ¿Tráfico de influencias? ¿Conflicto de intereses? ¿Peor que la Casa Blanca de Peña? Eso es corrupción. 
  • El caso Segalmex. Más de 9 mil millones de pesos desviados, una estafa que deja pequeña a la llamada Estafa Maestra del sexenio de Peña Nieto. El director de esta paraestatal, Ignacio Ovalle, ahora despacha en la Secretaría de Gobernación, con la protección presidencial y ni quien se ocupe de investigar o sancionar tan enorme desfalco. Esto es corrupción.
  • La CONADE. La distinguida directora de este organismo tiene de menos tres investigaciones en su contra, dos de ellas, por cierto, por parte de la Secretaría de la Función Pública. La malversación de recursos del Fondo Para el Deporte de Alto Rendimiento habla de un monto comprometido de alrededor de 100 millones de pesos. Mientras tanto, la Señora Guevara, con un lenguaje exquisito, recomienda a las atetas mexicanas que vendan calzones o que de plano se los quiten, ya que la institución que ella dirige no les va a dar un solo centavo para su desempeño representando a México en justas internacionales. Ya la obligaron a apoyarlas, eso sí, pero ahí quedan los hechos. Eso es corrupción.
  • Los más de 100 fideicomisos desaparecidos, no más porque sí. ¿Qué fue de todos esos millonarios recursos?  ¿Cuántas acciones, programas, estrategias esenciales, fueron afectados? ¿Dónde fue a parar tantísimo dinero? ¿Quién se lo gastó y en qué? Nadie sabe, ni nadie sabrá, por ahora, digo yo. Eso es corrupción
  • Los casos de las numerosas propiedades de Irma Erendira Sandoval, de Manuel Bartlett o de su hijo favorecido con contratos multimillonarios del IMSS, la prima tabasqueña del presidente, quien recibió también contratos de PEMEX por cientos de millones de pesos. Eso es corrupción. 
  • Y ya para que hablamos de la ahora gobernadora electa Delfina Gomez, indiciada, juzgada y declarada culpable por quitarle dinero a sus empleados en Texcoco.  Eso es corrupción.

En fin, esta lista no es exhaustiva; escribí de lo que me acuerdo. Pero valió la pena el ejercicio, al fin tengo algo claro: la corrupción es la cuarta transformación. 

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